Escudado en la “definitiva provisionalidad” de las cifras de siniestralidad vial, el (¿vice?) presidente Rubalcaba se apresura cada año en las primeras horas del mes de enero, aún con la opinión pública adormecida por la resaca de fin de año, a comparecer ante los medios para ofrecer el balance de siniestralidad del año recién terminado. El dato ofrecido (pese a ser muy inferior al real) es el que ocupa los titulares de prensa, radio y televisión. Interior entrega un exhaustivo dossier lleno de datos. Pero, ¿qué pasa si nos preocupamos de hacer un seguimiento, año a año, de los datos de siniestralidad ofrecidos a principio de cada ejercicio? Que, simplemente, no concuerdan: es la automentira de la DGT y Rubalcaba, que nos merendamos sin rechistar.
Póngame un muerto por aquí, sáquemelo de allá: lo importante es el titular de prensa, un porcentaje que nos cuadre, y si para eso hay que retorcer la realidad (por decirlo suavito), pues se retuerce. Total, ¿quién se va a preocupar de comprobar los datos? Ni los medios, ni la oposición, por supuesto. Menos mal que nos queda Internet, y que algunos no nos creemos las cosas porque sí.
Los muertos vienen y van en las notas de prensa de Interior y la DGT. No es necesario irse a otra fuente, basta con examinar la información oficial para comprobar el descaro, la infinita estulticia de unos dirigentes que marcan el paso de un macabro baile de muertos al son de la oportunidad política y mediática. Las asociaciones de víctimas deberían sumarse a la creciente corriente entre la opinión pública de que los datos de siniestralidad deberían ser auditados por una institución independiente.
Hay que remontarse al año 2007 para encontrar una coincidencia total entre las distintas notas de prensa respecto al número de fallecidos en carretera a 24 horas: 2.714. Así figura en cada cuadro hecho público, y hasta en el Anuario de la DGT. A partir de ahí, la falsedad. Empecemos por lo más cercano. El 3 de enero de 2011 (la semana pasada), Rubalcaba comparecía para dar los datos de siniestralidad de 2010: 1.730 muertos, 173 menos que en 2009, cuando hubo 1.903 fallecidos. Ahora nos vamos a la nota de prensa donde se daban los datos de 2009 y… ¡oh sorpresa! Nos dijeron que hubo 1.897 fallecidos. Así que, o en 2009 la siniestralidad no bajó un 13%, o en 2010 no lo hizo en un 9%. Seis muertos, seis. Y, curiosamente, tampoco coincide la cifra de accidentes mortales, también con seis de diferencia.
Pero nada que ver con el milagro obrado en 2008, ¡cuando se logró la resucitación de una persona! En efecto, si a los 1.897 muertos que se dijo que hubo en 2009 se suman los 283 fallecidos menos que se afirmaba haber conseguido, la cifra fue de 2.180 muertos, exactamente uno menos de los que se dijeron a principios de 2009 en relación a los datos de 2008: 2.181. Aquí, las notas de prensa.
¿Qué está pasando?
No se entiende que pueda suceder algo así porque, o bien los datos que ofrece Rubalcaba no están terminados, en cuyo caso no debería ofrecerlos, o bien no son fiables, en cuyo caso habría que esperar a la confección de la estadística a 30 días, incluyendo zona urbana. Claro que, si se hace de este modo, la medalla brilla menos.
Otra cuestión es una extraña realidad que vengo constatando con las cifras definitivas: cada vez es mayor la brecha entre dichos datos y los provisionales. Así, en 2007 los muertos total fueron un 39% más que los provisionales. En 2008 la diferencia era del 42%, y en 2009 fue del 43%. Y, si se tiene en cuenta que la atención a los heridos es mejor cada vez, sólo cabe pensar que se están sacando cada vez más muertos de los datos provisionales para meterlos en los definitivos. La DGT ya reconoció que lo hace con los muertos en travesía, que constan detalladamente en las cifras provisionales pero que no se contabilizan hasta final del año siguiente.
Así que, siguiendo esa técnica, ya podemos adelantar que 2010 se cerró con unos 2.500 muertos. No creo que me equivoque mucho.
Otras falacias degeteras
No sólo en esta nota, sino de modo recurrente, la DGT añade siempre un apartado relativo al objetivo de descenso de siniestralidad marcado por la UE; pero lo hace engañosamente, puesto que utiliza para ilustrar el descenso español las cifras a 24 horas (que, como vemos, van y vienen como el viento en el Mar Mediterráneo), cuando, según el criterio impuesto por Europa es que los descensos se contabilicen en relación a las víctimas a 30 días. No pasa nada, la gente se lo traga, y así lo dice la nota de Interior: “Entre 2001 y 2010 la cifra de muertos en carretera se ha reducido un 57,5%. Se supera así el objetivo de la UE de reducir a la mitad el número de muertos en dicho periodo”. La nota es de enero de 2011 y, que se sepa, el dato utilizado es el de muertos a 24 horas. Lo siento, no sirve.
Fuente: ElAntiRadar
Más de lo mismo, más de lo de siempre… ya solo queda comprobar quién se va a cansar antes, si la DGT de mentir o los ciudadanos de creerse sus mentiras.
Pero bueno, si aún hay gente que cree en lo que ZP dijo a principios del 2011, que este año ibamos a crecer… está claro que también se pueden creer las cifras de la DGT… y ya puestos en el ratoncito Pérez.
Eso si, si se te ocurre decir que no crees en el ratoncito Pérez es que eres un facha, un alarmista y un anti patriota, atentos a la «remanguillé socialista».