La velocidad de 120 a 110, de 110 a 120, de 50 a 30, de 100 a 90 …

No es una nueva fórmula matemática o una serie númerica, sino simplemente las variaciones de velocidad que desde que llegó al puesto de Director General de Tráfico Pere Navarro ha impuesto a los conductores o ha dicho que va a imponer.


La última, en una entrevista concedida a la agencia Efe, advierte que quiere imponer un nuevo límite de velocidad en las carreteras españolas. En este caso se trata de reducir los 100 km/h de velocidad máxima genérica en las carreteras de doble sentido con arcén, igualándolo con el límite genérico de los 90 km/h establecido en las que no tienen arcén.

Desde el mismo día que llegó al puesto, Pere Navarro solo tiene una idea fija en la cabeza para reducir la siniestralidad en las carreteras: reducir los límites de velocidad y poner más radares para pillar a todos los españoles. Por suerte, debe haber alguien en el Gobierno que le para un poco los pies, porque de lo contrario las carreteras españolas estarían limitadas a 50 km/h y la mitad de los coches en circulación serían radares móviles de la DGT.

Se imaginan que el Director General de Navegación Aérea (seguro que no se denomina exactamente así el cargo) para reducir los accidentes aéreos decidiera que cada controlador aéreo solo puede controlar a un avión y que lo tiene que hacer desde que se desconecta del finger hasta que llega a su altura de crucero. Sería el caos, aunque se reduciría la siniestralidad, pero España pasaría a ser Senegal por número de turistas y por movimientos de aviones.

Al anunciar lo de la rebaja de 100 a 90 km/h hace una serie de consideraciones interesantes. La primera que el incremento de la velocidad desde los 110 km/h hasta 120 el pasado 1 de julio no ha incidido significativamente en la siniestralidad. Esto es curioso, porque el primer fin de semana de julio, ya con los 120 km/h, fue muy trágico, hubo muchos accidentes, y el lunes siguiente ahí estaba Navarro para decir que era por culpa del aumento de la velocidad, que los conductores se habían desmadrado. El siguiente fin de semana fue un récord mínimo de víctimas, pero entonces ya no dijo nada de velocidad.

El otro argumento que utiliza el Director General es también bueno, hacer más fácil a los conductores saber cuál es el límite en cada carretera. Por supuesto estoy de acuerdo, pero por qué no se hace igualando los dos límites a 100 km/h en lugar de a 90 km/h.

Si Navarro estuviera interesado en facilitar la conducción, probablemente se pasaría por alguna carretera y comprobaría que es imposible saber a qué velocidad hay que ir en cada momento por la cantidad de señales absurdas que hay. Por ejemplo, en la carretera Nacional I, la que une Madrid con Burgos, entre el kilómetro 80 y el 100, las limitaciones son constantes, de 100, de 90, de 80, otra vez 100, 90, 110… Es habitual ver un coche de radar en este tramo y no saber exactamente cómo hay que ir. Y eso es absurdo.

Si la bajada del Puerto de Somosierra es muy peligrosa, algo que es rigurosamente falso, y hay que ir a 80 km/h, no se pone una señal pequeña entre medias de otra de descenso pronunciado, otra de peligro desprendimiento y un radar justo detrás. Si se busca hacer las carreteras más seguras, hay que poner diez señales grandes, con letreros de ¡ojo peligro! ¡bajada muy peligrosa! y luces intermitentes, pero no un radar camuflado para asegurarse cubrir los presupuestos.

Hay un último comentario que añade con respecto al límite impuesto nuevamente de 120 km/h, y es que “120 es la velocidad que en toda Europa se considera el equilibrio entre unas buenas infraestructuras, unos coches seguros y las necesidades de la velocidad vial”.

Es cierto que la velocidad de 120 es mayoritaria en Europa, pero países comparables a España, como Francia o Italia, tienen 130 y Alemania tiene 130 km/h como velocidad recomendada, aunque es libre en algunos tramos de autopista. Y con respecto a lo de un mismo límite entre carretera sin arcén y con arcén, nuestros vecinos portugueses tienen lo que tenemos ahora nosotros 90 o 100 y los franceses, muy estrictos con la velocidad, tienen 90 o 110 km/h según el tipo de carretera.

Pero, dónde están los coches seguros, cuando el parque envejece cada día y de las buenas infraestructuras, mejor ni hablamos.

Cuando se ocupa un cargo político, como es en España el de Director General de Tráfico, hay que ser consecuente. No se puede decir un día una cosa y al día siguiente la contraria. Y sobre todo, no se puede tener una sola idea, la de imponer nuevos límites de velocidad y poner más radares para hacerlos rentables. Hace falta una mente más abierta.

Hay que entrar en políticas de formación para conductores, de aprendizaje, de enseñar a conducir y no a sacarse el carné. Hay que presionar para que mejoren las carreteras, para que la señalización sea mejor, o simplemente menos mala que la actual, que la legislación no sea diferente a la europea y que los conductores no sean los “paganos” de todo, como son ahora. Muchos conductores estamos indignados con la política de la DGT.

Fuente: El Confidencial

Autor: Otros
Noticias variadas de fuentes diversas, relacionadas con tráfico o seguridad vial, se cita enlace a noticia original.

2 ideas en “La velocidad de 120 a 110, de 110 a 120, de 50 a 30, de 100 a 90 …

  1. El cargo de Director General de la DGT es político, otro ejemplo claro que LOS POLITICOS SON EL PROBLEMA. Parece que en este país ser político de carrera (es decir, entrar en el partido con 16 años a medrar y sin estudios) te capacita para cualquier cosa, lo mismo da si es ser director de la DGT o ministra de sanidad, por eso, porque estamos gobernados por inútiles y los estamentos públicos se han convertido en cueva de amiguismos, es por lo que no funciona nada de nada… mediocres intentando buscar su sitio en el telediario con medidas IMBECILES pero que ellos, en su santa ignorancia piensan que son divinas ¿verdad Sr.Sebastián y las bombillitas chinas? por no hablar de los miembros y las miembras, o de la ley que igualdad, o de los límites de velocidad que estos IMBECILES ni tan siquiera saben de donde vienen los 120… impuestos en este país por cuestiones de ahorro energético y ahí se quedo, por los siglos de los siglos… y que nadie se engañe, si este año no fuera electoral, nos habíamos quedado con los 110 de por vida.

  2. De por vida con los 110 no hombre, simplemente hasta que estuvieramos en visperas de las elecciones, es decir, hasta el 1 de Enero del 2012 aproximadamente sino hubiera habido adelanto.

    Ya tengo ganas de que lleguen las elecciones, no se a quien voy a votar pero si tengo claro quien NO va a tener mi voto.

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