La economía mundial se enfrenta a un aumento del desempleo en el que un número sin precedentes de personas sin empleo hacen que el mundo corra el riesgo de experimentar una nueva recesión como la ya vivida en la década de los años 1930. Los Gobiernos del G20 y las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) han incumplido sus promesas de arremeter contra el desempleo y en su lugar han centrado su atención en la consolidación fiscal, ya que son los mercados monetarios los que dictan cada vez con más frecuencia las políticas a seguir.
La CSI y sus socios de la Agrupación Global Unions exhortan al FMI, al Banco Mundial y a los Gobiernos del G20 para que asuman su liderazgo y pongan un alto a políticas económicas tan destructivas como las medidas de austeridad que contribuyen a atizar la recesión económica.
En la carta que suele enviar dos veces al año a los Ministros de Finanzas y a los Directores Ejecutivos del FMI y del Banco Mundial, la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow señaló que las medidas de austeridad amenazan con fomentar la pérdida de varios millones más de puestos de trabajo, haciendo aún más improbable que puedan alcanzarse los objetivos de reducción del déficit.
«Necesitamos programas para estimular el empleo mediante inversiones en infraestructura y para paliar el cambio climático así como en los servicios públicos.
«Las instituciones financieras internacionales tienen la responsabilidad de proteger los servicios públicos vitales para el desarrollo de las sociedades, tales como la educación y el cuidado de la salud, y apoyar la introducción de un piso de protección social en todos los países», explicó Sharan Burrow.
La Agrupación Global Unions advirtió que sólo debe recurrirse a políticas de consolidación fiscal cuando el crecimiento económico es autosostenible y se observa una disminución del desempleo.
«En lugar de recortes, el FMI debería encabezar un esfuerzo coordinado para establecer una tasa sobre las transacciones financieras destinada a financiar programas de recuperación del empleo y a cumplir los compromisos relativos al desarrollo y la financiación de medidas a favor del clima.
«A menos que las instituciones financieras internacionales actúen para regular el sistema financiero mundial y sentar bases sólidas para millones de trabajadores y trabajadoras, el empleo seguirá siendo inestable y seguiremos estando en crisis», afirmó Sharan Burrow.
La Agrupación Global Unions también instó a las IFI a:
– contribuir a los esfuerzos para lograr una resiliencia respecto al cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero;
– proporcionar ayuda adicional para los países en desarrollo afectados por el aumento del costo de los alimentos;
– revertir las políticas que aumentan las desigualdades de género.
En un mensaje dirigido al FMI, la Agrupación Global Unions les instó a dejar de promover la desregulación del mercado de trabajo. En su lugar, es la experiencia de la OIT en relación con las condiciones de trabajo la que debe orientar las políticas a seguir.
El Banco Mundial tiene que garantizar la coherencia dentro del Grupo del Banco Mundial en lo relativo al apoyo a las normas fundamentales del trabajo y establecer salvaguardias eficaces para velar por su cumplimiento.
Léase la declaración de la CSI, las Federaciones Sindicales Internacionales y la TUAC para las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial de 2011 en Washington DC, del 23 al 25 de septiembre de 2011:
http://www.ituc-csi.org/IMG/pdf/No_30_-_IMF-WB_meetings_2011-statement_ES-2.pdf
Los políticos no crean empleo, quién crea empleo son las empresas y los empresarios.
El problema reside en la banca y en los políticos (y todo lo que gira alrededor de ellos que es mucho) consejos directivos politizados con megasueldos que ahogan las empresas y cuyo única cantinela que cantan es la de reducción de plantillas y de salarios sin darse cuenta que a la postre es tirar piedras sobre su tejado, más paro y menos sueldos implican menos ventas y por lo tanto peores resultados en las empresas que para cuadrar números vuelven a despedir trabajadores.
Los gobiernos y los bancos deberían crear el caldo de cultivo para que los empresarios subieran los salarios y contrataran más personas reduciendo la presión fiscal, bajando los impuestos directos e indirectos (sobre todo el IVA) y reactivando la economía. Sin embargo lo que hacen es todo lo contrario, cortar el grifo del dinero al empresario ya que la banca prefiere invertir las grandes fortunas en productos financieros (o sea, castillos en el aire) que no crean nada, sino más dinero para el rico a través de «la deuda» (que luego quieren que paguemos todos con trabajo real) y una presión fiscal descomunal para que todos sigamos pagando la vida de lujo de políticos, y cuando hablo de políticos meto también ahí a sindicatos, a los amigos de la Sinde, a las televisiones públicas, a los medios de comunicación mamporreros… y en definitiva a todos aquellos que viven de nuestros impuestos (que desgraciadamente en España puede ser 1/3 de la población).
Así que, o se rompe este círculo vicioso o acabaremos como en la Edad Media, es decir, una población empobrecida en la miseria mientras una clase noble vivía de lujo quitándole el pan al plebeyo..