Ante una demanda pública sin precedentes de empleos decentes, y la creciente presión en bancos y el sector financiero, la Jornada Mundial por el Trabajo Decente 2011 que se celebra hoy presenta más de 400 acciones en más de 70 países.
“Más de 200 millones de personas por todo el mundo están desempleadas, según cifras oficiales, y cientos de millones más carecen de un empleo decente y seguro. Los derechos de las personas en el trabajo peligran más que nunca, y los Gobiernos carecen de la visión y del compromiso para reparar una economía mundial que está fallando a los trabajadores y trabajadoras”, expresó la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
Las acciones que se llevarán a cabo en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente este año van dirigidas a abordar el “trabajo precario” – la tendencia cada vez mayor hacia empleos informales, temporales e inseguros, a menudo con escasa protección legal. Los jóvenes y las mujeres trabajadores son los que más probabilidades tienen de verse afectados, y sus ingresos y potencial para ganar dinero sufren en consecuencia.
“El trabajo decente – derechos en el trabajo, políticas de creación de empleo, protección social y diálogo social en el que participen sindicatos y empleadores – es decisivo para la recuperación de la economía mundial y la generación de impuestos para que los Gobiernos aborden la situación fiscal.
“Los líderes del G20 van a reunirse pronto en Francia, de modo que esperamos que tomen las medidas necesarias y que abandonen las políticas fallidas que colocan los intereses creados de los bancos y las finanzas por encima de la vida y el sustento de las personas”, dijo Burrow, que hablará en una conferencia especial que se celebra hoy en Ámsterdam para marcar la Jornada Mundial.
Los eventos del día de hoy incluyen unas 50 actividades en Japón, con marchas, conferencias y reuniones de jóvenes en varios países africanos y reuniones y movilizaciones por toda Rusia y Ucrania. Una serie de actividades tendrán lugar en Latinoamérica, entre ellas las iniciativas por parte de los sindicatos de Perú y Chile para conseguir que el Gobierno otorgue el reconocimiento de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.