La factura informativa del tráfico

Calles y carreteras, autobuses, semáforos, señales de tráfico visibles y limpias, centros de control de tráfico, ambulancias listas para atender un accidente… Son servicios que no siempre son valorados. Algunas administraciones han comenzado a entregar al ciudadano facturas informativas del coste del tratamiento o de la operación a la que se le ha sometido. Si se hiciera lo mismo con la seguridad vial, ¿sabe cuánto costaría reponer una señal pintada por un gamberro o una farola derribada? Por ejemplo, cada hora de vuelo de helicóptero para regular el tráfico cuesta 1.300 €.

Usted sale de su casa, y arranca el vehículo. Circula hasta el aparcamiento disuasorio, cerca del autobús interurbano que debe tomar para ir al trabajo y, tras aparcar, se refugia en la marquesina de la parada. Sube al autobús que recorre la carretera, por un carril especial, hasta su lugar de trabajo, entre marcas viales, señales, paneles de señalización variable y semáforos. Detrás de este aparentemente inocuo recorrido usted podría detectar muchos servicios ofrecidos por las diferentes administraciones públicas y que, por ser gratuitos –aunque sean pagados vía impuestos–, no se valoran o se valoran poco.

Las diferentes administraciones (Estado, Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Diputaciones, Cabildos, etcétera) han puesto a su disposición calles y carreteras limpias de elementos peligrosos, señales que facilitan la conducción, paneles de señalización variable que informan del tiempo de recorrido o de que existe niebla, centros de control que coordinan todos estos elementos, servicios de emergencia (sanitaria y bomberos) por si deben intervenir en accidentes, servicios de limpieza para retirar restos peligrosos, paradas y líneas de transporte público, elementos auxiliares en las vías, como indicadores, quitamiedos o protectores de golpes o, incluso, radares y vigilancia para mantener la disciplina vial…

Y todo sin coste adicional alguno, a pesar de que, según datos recopilados por el Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (FITSA) para calcular el coste de los accidentes de tráfico, el importe de reparación de los elementos materiales supone, aproximadamente, la mitad del coste total de los accidentes de tráfico.

La Comunidad de Madrid, y antes la Valenciana y Cataluña, comenzó en septiembre a entregar a los usuarios de la sanidad pública una factura informativa –que no hay que abonar– con el coste del tratamiento realizado en el hospital correspondiente. Esta consta de una carta explicativa y un desglose del coste de la estancia, la manutención, material, medicamentos administrados y pruebas realizadas.

El objetivo es, según declaró en la presentación de la misma, Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad, no es disuadir, reducir el uso de los servicios sanitarios o el consumo de medicamentos, sino concienciar al ciudadano. De hecho, según el último barómetro de Sanidad citado por el consejero, apenas el 27% de la población sabe que la atención médica se sufraga con los impuestos.

Y es que, ¿cuántas personas son conscientes de lo que cuesta que las señales de tráfico estén limpias y sin pintadas de los ‘grafiteros’ de turno? ¿Qué le parecería que si ‘pillan’ a su hijo haciendo esta ‘trastada’ le llegara una factura de 75 euros por cada señal ‘pintada’? ¿Y si cuando sufre un accidente le llegara una “factura informativa” o real con el coste de la intervención de una ambulancia o de los bomberos, la asistencia en un hospital y los medicamentos necesarios, así como el importe de reponer la señal de tráfico derribada, el semáforo destruido o la limpieza del tramo de carretera? No solo se trata de concienciar del gasto de las gamberradas y los resultados de los accidentes, sino de poner en valor el coste de mantener una serie de servicios preparados por si ocurre algo. Este era el objetivo de Cataluña y Aragón cuando estudiaron cobrar los rescates y operaciones de salvamento en montaña originados por imprudencias: que antes de adentrarse en una escalada para la que no están preparados o en una excursión que puede hasta poner en peligro su vida, se sepa que mantener listos los operativos para rescate cuesta ‘un pastón’.

¿Se valoraría más el servicio que dan las administraciones con responsabilidad en carreteras si se supiera que un kilómetro de autovía cuesta, en terreno llano e interurbano, 2 millones de euros, pero que llega a los 8,5 millones si la orografía es muy accidentada? Es posible que la gente valorara más que la carretera que lleva hasta su pueblo no tenga ni un bache si supiera que repavimentar un kilómetro de carretera cuesta 65.000 euros. Y que mantener una ambulancia disponible para atender a una emergencia (en 2011 se registraron 1.338 accidentes mortales en carretera), cuesta 3.100 euros diarios, salga o no.

Pero sería más importante concienciarnos de que ‘tirar’ una señal no es una chiquillada: es un acto vandálico que pone en peligro vidas humanas y nos cuesta a todos 300 €; que ‘machacar’ una parada de autobús un fin de semana de juerga va más allá de 200 € que cuesta cada cristal o los 12.000 € de la marquesina completa, y que hacen subir el coste de los servicios públicos –y la tarifa, por ejemplo– e incluso de los impuestos; que cuando la EMT de Madrid se gasta 210.000 euros anuales en reparar los 321 actos vandálicos causados en sus autobuses, ese dineral lo vamos a pagar entre todos; y que cada pantalla antirruido –blanco preferido para los grafitis– que haya que sustituir cuesta a la sociedad unos 800.000 € /km. Casi nunca se valora lo que es gratis. Así, ¿cómo se pone en valor el hecho de que existan ambulancias para atender un accidente? ¿Y que las carreteras estén limpias y con la señalización en buenas condiciones y que cuestan anualmente 42.000 €/km?

Fuente: Tráfico y Seguridad Vial

Autor: DGT
La Dirección General de Tráfico (DGT) es un organismo autónomo dependiente del Ministerio del Interior de España responsable de la ejecución de la política vial. La administración territorial se compone de 50 Jefaturas Provinciales de Tráfico, una por provincia, dos jefaturas locales de Tráfico en Ceuta y Melilla y 14 oficinas locales de Tráfico que realizan la tramitación relativa a la titularidad de los vehículos, conductores y procedimiento sancionador por infracciones de tráfico en el ámbito interurbano. En estas labores cuenta con el apoyo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Fue creada mediante la ley 47/59, de 30 de julio de 1959, sobre regulación de la competencia en materia de tráfico.

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