El escaso descenso en la siniestralidad en el primer trimestre confirma el agotamiento del modelo represivo

El primer trimestre del año se ha cerrado con un descenso en el número de fallecidos de poco menos del 4,5% respecto al mismo periodo del año anterior, lo que supone 14 víctimas mortales menos. Las cifras en cada uno de los tres meses han discurrido casi parejas a enero, febrero y marzo de 2011, y el seguimiento diario ha mostrado, de manera intermitente, incrementos netos en la mortalidad vial.

Esta ralentización en la caída en la siniestralidad confirma lo que ya sabíamos: que los modelos exclusivamente represivos se agotan rápidamente cuando culminan su implantación, como es el caso de España, donde ya no caben más peldaños en la escalera de la criminalización del conductor.

En el siguiente cuadro puede observarse la evolución de la mortalidad vial (en datos a 24 horas, y sólo en carreteras) durante los tres primeros meses de 2012:

Mes – Muertos 2011 – Muertos 2012
Enero – 108 – 103
Febrero – 102 – 96
Marzo – 104 – 98
TOTAL – 314 – 297

Del primer análisis hay tres cuestiones que llaman la atención:

1.- Las tensiones internas en las cifras de siniestralidad adquieren rango de alarma porque se producen en un contexto de crisis económica salvaje, con tasas elevadísimas de paro, combustibles en precios históricamente altos y, por tanto, un profundo descenso en los desplazamientos por carretera, que la DGT sigue sin proporcionar, aunque es de esperar que la mejora de las cifras de siniestralidad anunciadas por María Seguí incluyan de un vez por todas tan esencial parámetro en el análisis de la siniestralidad vial.

2.- La nueva DGT apuesta claramente, al menos por el momento, por huir del triunfalismo en las cifras de siniestralidad. Con Pere Navarro al frente, pese a la tozuda realidad que demuestra que las cosas no están yendo bien, estaríamos viendo titulares anunciando lo bien que lo estarían haciendo porque en los dos últimos meses los muertos, “por primera vez en la historia” (coletilla favorita de la vieja DGT) se ha bajado de los cien fallecidos en carretera.

3.- Nulo impacto del 110 en la reducción de la siniestralidad. Las cifras del mes de marzo de 2012 mejoran a las del mismo mes de 2011, cuando se implantó el límite de 110 por hora. Se atribuyó entonces el descenso en ese mes de 2011 al nuevo límite de velocidad, afirmación que queda desacreditada por el nuevo descenso en marzo de 2012. En ambos casos, la causa es, como viene sucediendo desde el año 2008, la pronunciada caída en los desplazamientos por carretera.

María Seguí está impulsando grandes cambios, al menos sobre el papel, en la DGT, cuyo resultado está por ver. Pesa sobre ella el enorme peso de tener que bregar con peores cifras de siniestralidad, al menos hasta que se hagan las estadísticas como ha prometido hacer y se puedan establecer comparaciones homogéneas.

Todo está en la DGT sometido a revisión. Seguí sabe que no lo queda más remedio que aplicar recetas efectivas sólo en el medio plazo (educación y formación) una vez que las medidas represivas fueron explotadas hasta su agotamiento por Pere Navarro.

Estaremos muy al tanto.

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