Una vez más, la Dirección General de Tráfico ha dejado pasar la oportunidad de elaborar estadísticas fiables de siniestralidad, pese al cambio de determinados criterios sobre seguimiento de heridos a lo largo de su hospitalización o el cruce de datos hospitalarios y del Instituto Nacional de Estadística. En opinión de Dvuelta, el análisis de la evolución de la siniestralidad vial exige la inclusión del factor de los kilómetros recorridos por los conductores para ser mínimamente fiable; pero, tampoco, tras los nuevos criterios de contabilización de víctimas anunciados ayer por la Directora General María Seguí, esta variable ha sido considerada.
Según el IRTAD (International Traffic Safety Data and Analysis Group), organismo de la OCDE encargado de la supervisión de las políticas de seguridad vial de sus países miembros, al que España está adherido, el criterio de víctimas por millón de kilómetros recorridos “es el indicador más fiable para describir el riesgo en las redes de carreteras”, y lamenta que “algunos países no incluyan esta medición en sus estadísticas.
De los 43 países que forman parte del IRTAD, sólo 11 (Argentina, Camboya, Grecia, Hungría, Italia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Portugal, Serbia y España) no emplean este criterio, más riguroso por cuanto introduce una variable esencial en el análisis de la siniestralidad: el número de vehículos que circulan por la carretera en un periodo dado.
El hecho de que no todos los países introduzcan el mismo criterio para contabilización de víctimas invalida, en la práctica, cualquier comparación entre uno y otro dentro de los que pertenecen a la IRTAD. De este modo, la propia DGT se ufana de que “España se sitúa a la cabeza de los países que más han reducido la mortalidad por accidente de tráfico, situándose por delante de Francia, Alemania o Finlandia”; países que sí emplean el criterio de los desplazamientos y cuya siniestralidad incluyendo dicho concepto se ha reducido, de 2010 a 2011, muy notablemente.
¿Por qué no se usa el criterio de los desplazamientos?
La llegada de María Seguí a la DGT, con su amplio bagaje formativo y profesional, y su profundo conocimiento de la elaboración de estadísticas, era el momento que todos los conductores españoles esperaban para la realización, por fin, de estadísticas fiables. Sin embargo, todo se ha reducido a mejorar el seguimiento de los heridos y a un menor recurso al consabido índice corrector para pasar de cifras provisionales a definitivas, intocado desde hacía 20 años.
¿Qué supone no introducir la variable de los desplazamientos? Pues, simple y llanamente, ocultar que el principal factor de influencia en la siniestralidad es absolutamente ajeno a cualquier política y, por tanto, las medallas quedan huérfanas. De hecho, en su Informe Anual correspondiente a 2011, la propia IRTAD reconoce que la crisis económica que comenzó en 2008 “puede haber tenido un impacto positivo en las cifras de siniestralidad”. Reconocimiento que en España, a día de hoy, es imposible escuchar en boca de cualquier responsable de la DGT.
Más bien al contrario, para el Gobierno español, reconocer que la crisis ha influido en el descenso de la siniestralidad sería tanto como, por un lado, evidenciar el fracaso de las políticas de seguridad vial como, por otro, aceptar los estragos que la crisis está causando en los hábitos viales de los españoles.
la cabra tira al monte.
¿no será esta tía Pere Navarro vestido de travesti?