Un nuevo radar se encarga de velar por la seguridad de los conductores, y especialmente de los peatones, en la población castellana de Simancas. Y es que en este caso parece loable y necesaria la instalación de un radar para limitar la velocidad en los accesos a la localidad y reducir la siniestralidad y la gravedad de los accidentes que se han venido produciendo en los últimos años.
Pero sin duda alguna, en el momento de déficit público que atravesamos, hay quien se pregunta si no se trata más que de una medida recaudatoria para engordar las arcas municipales. Aunque la suspicacia es aún mayor al percatarnos de que este radar tiene una peculiaridad añadida, su concesión la ostenta una empresa privada que no sólo recibirá una cuota mensual por su instalación y mantenimiento sino que esta dependerá de la recaudación del radar. Es decir, la concesionaria del radar se embolsará un 50% de las multas y el resto irá para el Ayuntamiento de Simancas.
Evidentemente delegar la gestión del radar a una empresa privada, siempre es una buena opción para el Ayuntamiento en tanto las preocupaciones sobre su mantenimiento se reducen a la gestión del proceso administrativo de las multas.
Aún confiando en la honorabilidad de las partes implicadas y del buen funcionamiento del radar, no nos extraña que entre los habitantes de esta localidad exista cierta preocupación por un radar “concertado” que reportará un 50% de lo recaudado a la empresa concesionaria, con un límite máximo – eso sí – de 60.000 euros anuales. El Ayuntamiento por su parte espera que la recaudación anual supere los 150.000 euros.
Curiosamente ante las acusaciones de interés recaudatorio de los simanquinos, la alcaldía confirmó que el radar tan sólo funcionará y tramitará las multas durante días alternos hasta finales de mes y en un horario determinado que cubrirá ciertas “horas punta”. De momento y tras dos días de prueba el dispositivo “cazó” a 210 infractores.
¿Es razonable que un tema tan polémico y crucial como son los radares esté gestionado por una empresa privada, que además se lleve parte de la recaudación?.
Fuente: Diario Motor
Asistiremos a la época del expolio privado. Todo lo que da dinero siempre acaba en manos privadas, cuando deja de darlo se «socializa» es decir, lo pagamos todos. Pues la empresa en cuestión ya se encargará de «preparar» el radar para que le sea rentable, por las buenas…. o como me temo por las malas, porque ¿a ver quién reclama una multa sacada con un radar que mida «generosamente» las velocidades?