La realización de algunos tipos de conducción eficiente puede provocar, en algunas ocasiones, averías en el automóvil por valor de hasta 3.000 euros, según asegura el portal especializado en motor Autocasión.com. Una de las más habituales en el fallo de la junta culata.
Sentido común
En la web afirman que llevar al extremo algunos consejos aumenta la posibilidad de sufrir «averías muy serias en el coche» «si no se aplican con sentido común». En este sentido, indican que pisar suavemente el freno, circular en la marcha más larga posible o acelerar de forma contenida «pueden convertirse en prácticas muy dañinas» para el vehículo.
Algunos conductores, con el objetivo de ahorrar combustible, circulan con una marcha larga, lo que en algunos casos conlleva tener que acelerar para mantener la velocidad, con el consecuente gasto de combustible y el aumento del riesgo de una avería grave.
Averías más habituales
Las averías más habituales por una conducción eficiente extrema son el fallo de la junta culata, cuya reparación puede costar más de 3.000 euros. También puede provocarse estrés mecánico al motor y desgastes prematuros en el cilindro.
Motores diésel
Además, en los vehículos con motores diésel este tipo de daños pueden ser incluso mayores, ya que pueden registrar fallos en el sistema de circulación de gases, en la geometría variable de los turbos y en los filtros antipartículas.
Recomendaciones
El portal recomienda bajar la marcha cuando se circule con una que exija más de dos tercios del recorrido total del acelerador para mantener la velocidad. Sin embargo, con un motor diésel aconseja conducir por encima de las 2.000 revoluciones “de vez en cuando” durante unos quince minutos aproximadamente.
Fuente: El Mejor Seguro de Coche
«Quemar carbonilla» era un dicho habitual entre aquellos conductores y no «llevacoches» a lo cual nos han relegado las políticas recaudatorias de la DGT en donde de vez en cuando, en una recta, sin ningún coche Y SIN NINGUN PELIGRO poníamos nuestro coche a un alto régimen y así conseguíamos limpiar esas válvulas de carbonilla y el motor se «alegraba» de aquellos manejos.
Hoy, imposible el quemar nada por miedo a algún radar recaudatorio nos hemos aborregado, los coches se amariconan y eso sumado a la válvula de reciclaje de gases que lo único que hace es meter mierda en nuestro motor por no se sabe que historia ecológica hacen que nuestros motores se llenen de mierda y no tengan brío, acabando como se indica en el artículo con fallos ya que un motor no está diseñado para girar a la décima parte de lo que puede girar ni a dar la enésima parte de la potencia que ha de entregar, por lo que al final por ahorrar un litro de gasolina lo que hacemos es provocar averías mucho más graves…
En fin, todo por nuestra seguridad…. por favor, que vuelva Paco….