Desde el pasado 27 de diciembre, los conductores y peatones italianos estan obligados a socorrer, como está establecido ya con las personas, a los perros, gatos y ejemplares de otras especies animales que hayan sido atropellados en la carretera.
Según el nuevo Reglamento del ministerio de Transporte, esta normativa no es solo aplicable a quien conduce el vehículo y causa el accidente, sino también a todas aquellas personas que vean al animal accidentado.
El reglamento también establece que el conductor deberá transportar al animal en su vehículo hasta una clínica veterinaria, por lo que tendrá la posibilidad de tocar el claxon y saltarse las señales de tráfico, como haría si llevara a bordo a una persona, con el fin de llegar con la mayor rapidez posible.
Ante esta situación, los automovilistas deberán dejar paso al vehículo, mientras que las fuerzas del orden no podrán
multar al conductor dada la excepcional situación.