Hiriko, el proyecto de coche eléctrico urbano desarrollado en Vitoria, está en sus horas más bajas. Las noticias son desalentadoras. En este post no voy a entrar en las causas, ni de si perfil era más de un proyecto de investigación que comercial ni de si forma parte o no de una posible crisis de la apuesta vasca por la automoción eléctrica.
De lo que estoy seguro es que dentro de 5 ó 10 años veremos en el mercado soluciones que nos harán recordar a Hiriko, porque están llenas de lógica. Como bien decía Carlos Fernández Isoird, más que un coche eléctrico es un coche electrónico.
Motor: La mayoría de los coches eléctricos son adapataciones de los de combustión, cambiando el motor y sustituyendo depósito por baterías. Cuando los motores eléctricos son todo lo pequeños que queramos ¿por qué no trasladarlos directamente a las ruedas, que es donde deben actuar? Así, las robo-ruedas de Hiriko permiten eliminar el motor central y la transmisión.
Dirección: En los coches actuales, llenos de electrónica, sorprende que la dirección siga basándose en una columna hasta el eje. Hiriko propone que las órdenes sean transmitidas por cable, liberando ese espacio.
Concepto: Hiriko no está pensado para ser un coche particular al uso, sino que cobra todo su sentido como elemento ocasional de transporte dentro de un sistema de movilidad. Los vehículos formarían una red de carsharing, con gestión “inteligente” de la demanda mediante precios y recompensas dinámicas y combinado con otros medios de transporte. Quizás este es uno de los puntos más incomprendidos por quienes desaclificaban el proyecto con el argumento de que la gente no se gastaría el dinero en comprar un coche así. Y es que el mercado potencial pudiera ser no el de los clientes particulares, sino el de ayuntamientos, empresas de car sharing y operadores como los ferrocarriles alemanes, que seleccionaron a Hiriko para su red de transporte en Berlín.
Coche plegable: Es el aspecto más llamativo, pero también uno de los más complicados del proyecto y el que menos creo que veré implantado, a pesar de consigue aparcar tres coches en el espacio de uno convencional.
Acceso frontal: La eliminación de la barra de dirección permite el acceso frontal, que al girarse el coche, se hace directamente desde la acera, lo que es más seguro. Es una idea interesante, pero no crucial.
Veremos si en unos años algunos modelos alemanes, japoneses o norteamericanos nos hacen recordar a este proyecto vasco de inspiración norteamericana. Pase lo que pase, les deseo suerte a Hiriko y sus profesionales.
Fuente: Gananzia