Escocia ha rebajado su tasa de alholemia permitida para los conductores. Desde inicios de diciembre, la alcoholemia máxima es ahora de 0,5 gramos por litro de sangre (antes 0,8), igualándose a la de la mayoría de los países europeos. Las autoridades escocesas han advertido que, conducir después de beber ciertas cantidades de alcohol, la contenida en una pinta de cerveza por ejemplo, ahora puede conviertirse en delito.
En el resto del Reino Unido, la tasa se mantiene en 0,8 g/l, la más permisiva en todo el continente. «Inglaterra y Gales están completamente desfasadas en lo que se refiere a límites de alcohol y conducción respecto a Europa», ha afirmado Neil Greig, director de Investigaciones del Instituto de Automovilistas Avanzados (IAM) del Reino Unido, que ha instado al gobierno británico a revisar ugentemente su enfoque sobre este asunto.
Por su parte, Lituania (donde el límite es 0,4 g/l) ha anunciado que en enero entra en vigor la alcoholemia cero para los conductores novéles y para algunos profesionales.