La precariedad sigue siendo la característica de los escasos empleos que se crean. A pesar del ligero descenso del número de desempleados registrados en abril, que ha descendido en 83.599 personas, el 90,5% de los contratos que se han firmado durante el pasado mes han sido temporales, dato peor que el de 2015, cuando el desempleo se redujo en 118.000. En datos desestacionalizados, el paro disminuye en 8.329 personas, lo que supone un ritmo insuficiente, tanto en cantidad como en calidad. El paro registrado sigue sin bajar de los 4 millones de personas.
La Seguridad Social gana 158.000 afiliados pero se consolida un nuevo modelo de empleo inestable y frágil.
“La contratación indefinida ha experimentado cierta subida, pero aún así el porcentaje de los contratos indefinidos sobre el total no alcanza el 10% y los contratos de esta modalidad a tiempo parcial se han incrementado en torno al 15% con respecto a 2015, por lo que no se está generando empleo estable. La media es de 1,35 contratos por persona”, argumenta MariBel Muñoz Aribayos, Secretaria General de LSB-USO Euskadi.
Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid siguen siendo las comunidades con más desempleados. La CAV es la tercera comunidad donde menos ha descendido, con apenas 1.375 menos y con menor número de contratación indefinida.
Cabe destacar también que, un mes más, la creación de empleo es desigual y continua castigando a las trabajadoras. En abril, el desempleo masculino bajó en 56.658 hombres, mientras que el femenino tan sólo lo hizo en 26.941 mujeres. “Es el primer mes en lo que llevamos de año que el desempleo femenino se ha reducido, cuando acumulaba en los tres primeros meses del año una subida del 3,3%. Esta reducción es mínima, ya que tan sólo ha descendido en abril el 1,2%”, apunta MariBel Muñoz Aribayos, desde LSB-USO Euskadi.
Por otro lado, la cobertura por desempleo sigue en caída, descendiendo en marzo un 3,8% con respecto al mismo mes de 2015, situándose en el 53,3%. “Desde LSB-USO continuamos reclamando el establecimiento de una renta social mínima que incremente la protección social hacia los desempleados, un ingreso que permita a los beneficiarios de ésta salir de la situación de exclusión social y pobreza en la que se encuentran, ligado a planes de empleo específicos y un sistema de formación de calidad vinculado a la realidad del tejido productivo”, defiende LA Secretaria General de LSB-USO Euskadi, MariBel Muñoz Aribayos.