A nadie debería sorprendernos a estas alturas que la DGT maneje las cifras de siniestralidad como mejor le encaje para tratar de ocultar su pésima gestión. No es algo de ahora. Es una técnica que Pere Navarro depuró hasta la “excelencia estadística”, haciendo buena la sentencia de Einstein de que “hay tres tipos de mentiras: las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas”.
De un tiempo a esta parte la DGT ha perfeccionado lo que parecía imposible mejorar y ha ido un poquito más allá. Así, cada lunes publican en las redes sociales el balance muertos y heridos del fin de semana, que acompañan con el gráfico que puedes ver bajo estas líneas:
Con la evidente intención de ocultar la cruda realidad, que no es otra que el significativo repunte de los fallecidos en carretera durante este año, publican este cuadro con datos de muertos desde 2009; en la parte inferior, una curva descendente dibuja los descensos interanuales registrados en esos años, pero ¡ay!…¡INCLUYEN LOS DATOS DE 2016 COMPARÁNDOLOS CON LOS AÑOS COMPLETOS ANTERIORES! Y así, el gráfico mencionado muestra un sensible descenso, (608 en 2016 frente a 1.131 en 2015), cuando los datos de 2015 son de todo el año, y los de 2016 sólo hasta el 17 de julio.
Sería cómico, por lo burdo, de no tratarse de víctimas mortales. Un gráfico manipulador, mentiroso, vergonzante.
La realidad, lamentablemente, es muy distinta. En 2016 los muertos no sólo no están bajando, sino que a fecha 14 de julio, acumulaban un incremento del 8% (42 más) sobre la misma fecha de 2015, como se puede comprobar en el siguiente cuadro, sacado de la web de la DGT:
Fuente: DVuelta