Desde 1993, la Fundación de los Ferrocarriles Españoles está acondicionando y poniendo en funcionamiento antiguos trazados ferroviarios para ser recorridos por viajeros diferentes a los que los transitaron en tren: cicloturistas, caminantes y personas con movilidad reducida. Además de las veinte razones para disfrutar de las Vías Verdes que argüyen desde la Fundación, las Vías Verdes tienen ventaja añadida de que no existe el peligro que supone la convivencia en la misma con automóviles. En España existían en 1993 más de 7.600 kilómetros de líneas sin servicio de trenes, o que nunca llegaron a tenerlo por quedar inconclusas las obras de construcción. Este patrimonio de gran valor histórico y cultural, está rescatado de su olvido y la desaparición total, dado que ofrece un enorme potencial para desarrollar iniciativas de reutilización con fines ecoturísticos, acordes a las nuevas demandas sociales.
A mediados de 2016 existen ya en España más de 2.500 kilómetros de Vías Verdes (de ellos, unos 200 kilómetros en obras o licitación) de antiguos trazados ferroviarios acondicionados como 120 Vías Verdes, y han sido invertidos más de 174 millones de euros en el acondicionamiento como Vías Verdes de estas infraestructuras, cifra, en la que no están incluidos costes de la rehabilitación de edificios ferroviarios, obras de mejora, dotaciones posteriores, promoción, gestión, etc.