El Ministerio de Em-pleo y Seguridad Social ha publicado la Estadística de Acci-dentes de Trabajo de enero a abril, en la que se constata que los accidentes laborales han aumentado un 3,7%, continuando con la tendencia de incremento de la siniestralidad laboral iniciada en 2013.
En concreto, se han registrado 183.557 accidentes de trabajo con baja, de los que el 86,5% se han producido durante la jornada laboral y el 13,5%, in itinere.
Más de 20 años después de la Ley de Prevención, el sobreesfuerzo físico, los choques o golpes contra objetos inmóviles o en movimiento, siguen siendo las principales causas de la mayoría de los accidentes en jornada laboral (concretamente del 78%), dejando a las claras la poca evolución de la cultura preventiva en nuestro país. Muy preocupante es el aumento de los accidentes de tráfico durante la jornada, que han aumentado un 4,5%, así como los accidentes in itinere, que suben un 3,5%, hasta los 15.238.
Continúa el fenómeno de los accidentes sin baja que siguen siendo más numerosos que los accidentes con baja, concretamente 230.776 accidentes. Tal y como venimos denunciando desde USO, éstos responden en la mayor parte de los casos a políticas de ocultamiento de siniestralidad y prácticas totalmente irregulares como los “reposos retribuidos” y la “segunda ocupación”.
En los cuatro primeros meses de 2017 han muerto en el trabajo 202 personas, lo que supone un 5,2% más que en 2016, una tendencia escalofriante ya que 2016 ya fue un año terrible en materia de siniestralidad laboral. La creación de empleo temporal, estacional y precario, junto con los recortes y la falta de inversión en prevención dan como resultado que el 81% de los accidentes de trabajo mortales se hayan producido en el sector Servicios (81), seguido de Industria (35), Construcción (31) y Agrario (22).
Desde USO nos preocupa el incremento de las cifras de siniestralidad laboral, muy unidas al continuo aumento de la temporalidad y precariedad que no sólo afecta al empleo sino también a las medidas de seguridad y salud en el centro de trabajo.
Seguimos exigiendo la actuación conjunta de administraciones públicas, empresas y organizaciones sindicales para parar esta sangría y generar un debate social sobre esta alarmante y silenciada situación. Nunca el trabajo nos puede costar la salud o la vida.