Todos tomamos el autobús o el metro, somos peatones, conducimos un coche, moto o bici, somos pasajeros… A cualquier edad el tráfico nos afecta. Paradójicamente, un estudio de la Universidad de Valencia mostró que el 58% de los alumnos recibe Educación Vial un solo día al curso; solo el 24% de los profesores que participan en la Educación Vial tiene formación específica, y que el 82% solo plantea actividades teóricas. Y además, el 61% desconoce que existen personal (Coordinadores de Educación Vial) y material específico en las Jefaturas Provinciales.
Por ello, la DGT publica unos documentos que explican a los docentes cómo incluir la Educación Vial en las clases, la importancia de incluirla en el curriculum, y da pistas de cómo hacerlo, los objetivos y qué materiales facilita la DGT en las diferentes etapas de la Educación: Infantil, Primaria, Secundaria, Formación Profesional, Educación de Adultos.
EDUCACIÓN DE ADULTOS
La educación vial se trabaja sobre situaciones viales cotidianas. Es clave analizar los actos –propios y de otros– y sus consecuencias: esto marca la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto, entre vida y muerte.
¿Cómo abordarla?
Puede enfocarse de forma transversal (integrada en distintas materias) o como centro de interés individual (proporciona gran número de situaciones reales). Permite trabajar la comprensión de textos e imágenes (señales, formularios…), incorporar la matemática a situaciones cotidianas (cálculo de frenadas, consumo de gasolina, velocidad…), analizar problemas sociales (igualdad hombre-mujer, superación de prejuicios, resolución de conflictos…) y medioambientales…
Ve en nuestro reportaje en PDF cómo abordar la Educación Vial en otras fases educativas.