La jornada «Drogas y Conducción. Protegiendo nuestras vidas», organizada por Fundación Mapfre y el Consejo Europeo de Seguridad del Transporte (ETSC) en Madrid, trataron de arrojar luz sobre el problema del creciente uso del alcohol y otras drogas en nuestra sociedad y de la conducción de vehículos bajo su influencia.
De hecho, la presencia de sustancias psicoactivas, alcohol y otras drogas es frecuente en los accidentes de tráfico y así lo demuestra el 43% de conductores fallecidos en accidente de tráfico el año pasado que había consumido alcohol, drogas ilegales o medicamentos, según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. También las últimas encuestas nacionales e internacionales (DRUID, ESRA, EDADES…) coinciden en el diagnóstico de que la tolerancia a consumir y conducir es muy alta, en especial en jóvenes –por ejemplo, dos de cada tres conductores jóvenes reconocen haber viajado con un conductor bebido y uno de cada tres con uno que había consumido porros–.
De hecho, y para centrar la magnitud del problema, se señaló que, en Europa, se estima que alrededor del 8% de los conductores que han fallecido en accidentes de tráfico había consumido drogas. “Son cifras preocupantes si tenemos en cuenta que cuanto más frecuente es la presencia de drogas más grave es el accidente”, apuntó Juan Carlos González Luque, subdirector adjunto de Investigación de la Dirección General de Tráfico (DGT).