Con una carta de la Confederación Europea de Sindicatos dirigida a los líderes de las instituciones europeas y a los veintisiete jefes de Estado, USO insta a no retrasar más la adopción del paquete de recuperación de 750.000 millones de euros, necesarios para salvar puestos de trabajo y, también, para poder crearlos.
Los sindicatos europeos denuncian que alrededor del 10% de la población de la UE cuenta con el Plan de Recuperación Europeo para evitar el desempleo. Actualmente 45 millones de trabajadores están afectados por el desempleo temporal; 14,3 millones se encuentran en desempleo permanente (cifra que ha aumentado en 900.000 personas durante la crisis del covid-19), y 2 millones de trabajadores con contratos temporales son vulnerables de perder sus puestos.
60 millones de razones para lanzar el Fondo de Recuperación Europeo
La carta del secretario general de la CES, Luca Visentini, y su presidente, Laurent Berger, advierte que “en conjunto, estos trabajadores representan 60 millones de razones para lanzar inmediatamente el Plan de Recuperación Europeo”.
Este paquete económico de recuperación es, probablemente, “la decisión más importante a ser tomada por Europa en más de una década y no puede posponerse de nuevo. Retrasarlo pone en riesgo millones de puestos de trabajo y supondría un coste financiero para los gobiernos mucho más alto que financiar la recuperación”.
La Confederación Europea de Sindicatos también marca unas líneas rojas a la hora de negociar el paquete de ayudas:
- No aumentar la proporción de préstamos para minimizar el impacto en el endeudamiento de los países.
- Que no se reduzca el Marco Financiero Plurianual, de modo que se proteja la cohesión y los fondos sociales.
- Ni vetos ni condicionalidades presupuestarias en los planes de recuperación nacionales.
El secretario general de USO advierte de las consecuencias del retraso
Desde USO, su secretario general, Joaquín Pérez denuncia la excesiva burocratización a la hora de liberar unas ayudas cuya necesidad es urgente.
Como reclama el líder sindical, la falta de agilidad y capacidad de gestión eficaz no hace más que restar credibilidad a las instituciones europeas, generando una sensación de intencionalidad en la dilatación de los tiempos, de modo que se rebajen las pretensiones.