Los patinetes eléctricos han llegado para quedarse, revolucionando la movilidad de las ciudades y convirtiéndose en el medio de transporte más popular. Se presentan como una solución ante el tráfico, con un aspecto ligero y de bajo coste económico. Sin embargo, su auge ha sido inesperado y sin un soporte legal que los acompañe.
Ante la falta de una norma general que regule el uso de estos vehículos, las grandes ciudades se han encargado de elaborar sus propias normativas y ordenanzas para regular su circulación. Madrid y Barcelona, fueron dos de las primeras ciudades en elaborar y aplicar una normativa para este tipo de vehículos.