El paro ha bajado en junio en 50.268 personas, con altas en comercio y en hostelería, pero mucha destrucción de empleo en enseñanza. El desempleo ha bajado con mayor fuerza en el noroeste, el destino estival más solicitado desde la pandemia. “Una buena noticia en términos absolutos, tanto si miramos el número total de parados, 2,69 millones, el más bajo desde el estallido de la crisis financiera, como el de cotizantes a la Seguridad Social, 20,87 millones”, resume Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Las sombras aparecen en el tipo de trabajo al que se accede. “Se ha creado empleo en el comercio, llegan las rebajas, y en la hostelería, inicio fuerte del verano. Empleo temporal y precario del que España sigue dependiendo. Y se han destruido casi 52.000 empleos en Educación. El curso escolar es ahora la temporada turística del fijo discontinuo de la enseñanza. Es intolerable que se eviten las vacaciones pagadas del profesorado, cuando la Audiencia Nacional ya se ha pronunciado en sentido contrario: la docencia no es una actividad estacional”, apunta Pérez.
El 30 de junio se destruyeron 346.000 empleos
Pero, además de los sectores, “el gran hándicap del empleo en España, el no acometer el cambio de modelo productivo”, el secretario general de USO se fija en otros viejos vicios que no evolucionan: “no solo mantenemos el ‘verano = contrato temporal al sol’, es que el 30 de junio se destruyeron 346.000 empleos, 272.000 bajas netas en la Seguridad Social. Aunque la media de afiliación mensual fue buena, el último día del mes cayó a muy por debajo de ese promedio: 20,60 millones”.
En este sentido, la contratación ha aumentado, salvo en comunidades con fuertes temporadas agrícolas o en aquellas donde muchas contrataciones estivales se adelantan, como Baleares. Pero cae con respecto a 2022. La tasa de contratos indefinidos sigue siendo alta, del 42,3 % del total, pero el grueso de los firmados son fijos discontinuos.
“Las cuentas no salen: se firman en un mes 632.000 contratos indefinidos, pero el paro baja en 50.000 personas. El despido es fácil y barato, es la gran carencia de la reforma laboral para que un contrato indefinido sea sinónimo de empleo y no un papel reversible”, reivindica el secretario general de USO.