Escribo este artículo a modo de ejemplo de que todo lo que se puede averiar se avería, así que este siniestro puede servir de muestra a cerca de que es conveniente revisar todo de vez en cuando para comprobar su correcto funcionamiento. La situación es que las fotocélulas, que regulan el mecanismo para que no se cierre en mal momento el portón del garaje, pueden fallar. De hecho, como se ve en las fotos que acompañan a este artículo, el mecanismo fallo y provocó un buen siniestro.
Un vehículo entraba y el otro que pretendía salir pensó que le daba tiempo a salir sin volver a darle al mando del garaje. El segundo vehículo supongo que se planteó que si la jugada le fallaba siempre tendría a su favor que el portón detectaría el coche y no se bajaría en el peor momento. Pues no, resultó que la fotocélula no funcionó bien y la puerta no detectó nada de nada así que intento cerrarse con el vehículo debajo.

