El Juzgado de lo Penal nº 4 de Santander ha absuelto a un conductor que dio positivo en un control de alcoholemia al
considerar que la bebida no le había hecho suficiente efecto a pesar de que se quedó dormido y se estampó contra una mediana.
Los hechos ahora juzgados ocurrieron en noviembre de 2006, cuando el acusado circulaba por la A-8 en dirección a
Vizcaya y se quedó dormido, de forma que el vehículo que conducía se estampó contra una mediana y provocó daños por valor de 619,62 euros.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico le requirieron que se sometiera a la prueba de alcoholemia por el método de aire, en la que dio un resultado positivo, primero de 0,44 y luego de 0,42. Sin embargo, pese a este resultado, la sentencia considera que el acusado no presentaba “síntomas inequívocos” de que se encontrara influenciado por
el alcohol que había ingerido ni que condujera con sus facultades psicofísicas mermadas creando un riesgo para la seguridad del tráfico.
Y recuerda que, posteriormente a estos hechos, el Código Penal cifró la tasa de forma objetiva en 0,60. La sentencia achaca el accidente al cansancio y la somnolencia del conductor, que le hizo quedarse dormido y perder el control del vehículo.