Funcionalidad entre detectores de radar

Cuando se van a probar dos detectores para averiguar cual de los dos va mejor hay que tener claro una serie de conceptos ya que fundameltamente dependiendo de la cantidad de señal que emita cada uno pueden inferferirse entre si. En primer lugar, debemos saber que esta clase de pruebas son más difíciles de realizar de lo que parecen. Para ello, nos centraremos en dos problemas claves y generales que pueden conllevar esta clase de ensayos.

Como primer gran problema, tenemos que conocer que los detectores de radar “se odian” entre ellos. Todo receptor superheterodino o, en otros términos, cualquier detector de hoy en día, recibe y transmite señales durante su funcionamiento. Y como muchos ya conoceremos, estas señales de los detectores a veces hacen dispararse los avisos de otros detectores (falsas alarmas).

Incluso sin existir estas falsas alarmas entre detectores, otro grave problema, es que, las defensas internas propias de cada uno de éstos podrían estar afectando a la sensibilidad de los aparatos. Esto se produce cuando por ejemplo tenemos operando dos detectores en un mismo vehículo; bajo estas circunstancias, las señales trasmitidas se hacen mucho más fuertes y, en cambio, señales más débiles que serían silenciadas por los sistemas de defensa internos son ahora detectadas.

Cada detector es diseñado para encontrarse lejos del alcance de otro aparato de su misma clase, bajo estas condiciones, éste ante las señales que recibe decide si realmente es un radar, puede serlo o no lo es.

De todo lo dicho hasta ahora, surge un concepto irónico. Si nosotros ponemos a comprobar el funcionamiento de dos detectores diferentes en un mismo coche, podremos ver que uno se comporta más silenciosamente que otro en el sentido de discernir entre las falsas alarmas que le llegan. Sin mucho idea del tema, estaríamos hablando de que uno de los detectores fuera inferior al otro ensayado, pero la verdad no es esta, sino que éste puede tener un sistema de defensa interna mucho más sofisticado. Así pues, el aparato que parece funcionar mejor, podría ser tan solo un grotesco transmisor de falsas alarmas.

Comprobar cada detector por separado supone un mayor trabajo, pero es la única forma fiable de ver que detector es el que mejor se comporta ante un posible radar.

Un segundo y último problema se produce cuando al ensayar los detectores por separado vemos que se comportan de una manera muy similar.

En este caso, ante distancias de detección similares, debiéramos mirar como se comportan dependiendo de la intensidad de la señal. Así por ejemplo, una buena prueba para llevarse a cabo puede ser aquella donde, conociendo la posición de un radar, y circulando en terrenos ondulados, probaríamos el comportamiento de los detectores. Cuando nos encontrásemos en zonas altas, donde la señal es intensa ambos nos darían distancias muy similares, en cambio en las zonas bajas donde la señal fuera débil, sólo aquel detector realmente sensible avisaría de la presencia de un radar. De manera análoga, y con inversa interpretación, ante una falsa alarma en la misma situación descrita anteriormente, el mejor de los detectores no daría respuesta en la zona de baja intensidad y sí existiría posibilidad de darla en la zona de alta intensidad, por el contrario, el peor detector se comportaría avisándonos tanto en zona de baja como alta intensidad de la señal.

* Damos gracias a la web de Valentine One por la información para la realización de este articulo.

Autor: Mario

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