Los radares se ponen las botas
Los radares de los túneles de la M-30 ya tienen un año. Su puesta en marcha trajo bajo el brazo, no sólo un incremento general de las denuncias de tráfico en la capital, sino un recalibrado de sus compañeros fijos de la superficie. Se trata de los que se distribuyen desde hace años por la vía de circunvalación y que están sujetos en pórticos como el que está frente al barrio de La Estrella.
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