El Director General de Tráfico, Pere Navarro, ha decidido pasar de los jueces y tomarse la justicia por su mano. Como a su juicio los procesos contra los conductores que coleccionan puntos van demasiado lentos, está decidido a colocarse la estrella de sheriff y patrullar las calles, con la colaboración de la policía local, lo que quiere decir que todos querrán llevarse un pellizco de las multas que para eso están las guardias municipales en muchas ciudades.
Autor: Carlos Lera
La idea es hacer la vida imposible a los 5.000 individuos que desde la entrada en vigor del carné por puntos acumulan ya más de 20 puntos (¡caray!), porque los jueces tardan demasiado tiempo en dictar las sentencias sancionadoras, o atendiendo a criterios que no son del gusto de la DGT se atreven a absolverles en algunos casos. Ahora resulta que el Director General de Tráfico, de un plumazo, se quiere cargar nuestro régimen de libertades, la seguridad jurídica y en definitiva la división de poderes: Si los jueces no hacen lo que quiere el Director General, el Director General hará de juez. Es terrible lo que se esconde detrás de estas intenciones.
Así, mientras los pesados de los jueces con sus presunciones de inocencia y otros remilgos estudian los casos, atienden los recursos, examinan las pruebas, citan a declarar a los implicados y toman una decisión ajustada a derecho, la policía local de la localidad en la que resida el incauto infractor reciba un “soplo” de la DGT con información sobre las personas que acumulen más puntos, para que sean objeto de una constante instigación policial, un seguimiento permanente y “licencia para empapelar” con el aplauso de las autoridades de tráfico. La DGT espera conseguir agilizar las denuncias; es decir, rellenar más papeletas por minuto. Endurecer las sanciones; así, en frío de forma personalizada y sin leyes de por medio, todo justicia, vamos… Y ahora viene lo mejor: ¡El envío de determinados expedientes a la Fiscalía del Estado para su tratamiento penal!.
¿Tendrá Conde Pumpido la misma sensibilidad que con de Juana Chaos? No lo sé, ni dudo de la competencia de este señor, lo digo sólo porque poner los mismos medios contra el conductor que se saltaba los radares de la A6 a 220km/h en su Lexus que contra (o no…) un miembro de ETA que ha matado a decenas de personas suena un poco fuerte.
Lo peor de todo es que en la revista Tráfico de este mes de junio -editada por la DGT- vienen unos cuantos ejemplos de estos terribles infractores y para mi sorpresa no aparecen conductores suicidas, ni etílicos al volante, ni implicados en atropellos con fuga. No ¡casi todos son conductores sancionados por los radares! Es decir, que muchos de ellos seguramente no eran conscientes de la cantidad de puntos que estaban acumulando hasta que un buen día les llegó la «súper receta» o vieron la foto de su coche por la tele. Gente normal y corriente, sin instintos criminales, que no se salta los semáforos ni conducen borrachos. Gente que simplemente no se ha dado cuenta de que hay un radar en su camino diario y sigue conduciendo como hacían sus bien informados vecinos hace tan sólo un año.
Si yo fuera el Fiscal General del Estado y me enterase de las intenciones de Pere Navarro estaría riéndome hasta mañana… pero si fuera el conductor del Lexus igual estaba buscando piso en la otra punta del mundo.
Fuente: http://blogs.hoymotor.com/index.php/luzdecruce/2007/05/28/pere_navarro_resucita_la_gestapo