El alcohol es una droga socialmente aceptada e integrada en nuestra cultura que mata muchas personas, no solo por las enfermedades que provocan (hepáticas, oncológicas, cardiovasculares, neurológicas, psiquiatricas, etc.) sino por que más de la mitad de los muertos en accidentes de tráfico están relacionados con el consumo de alcohol. Conducir es una actividad compleja y peligrosa, por lo que el consumo de sustancias que alteren las capacidades para conducir (alcohol, drogas y medicamentos) aumentan el riesgo de sufrir un accidentes de tráfico así como una mayor gravedad de las lesiones derivadas de él.
Conducir bajo los efectos del alcohol es el principal factor de riesgo de sufrir un accidente de tráfico, no obstante en nuestro país existe una gran permisividad social hacia el alcohol y existe por lo tanto una gran tolerancia hacia los problemas que esto genera.
El alcohol es un tóxico del Sistema Nervioso Central ejerciendo un efecto depresor sobre sus funciones. Aunque existe una primera fase excitante su acción final es la sedación. Se distinguen cuatro fases, dependiendo de la cantidad de alcohol ingerido: euforia, alteración de la conducta, somnolencia y el coma etílico.
En definitiva, el alcohol es incompatible con una conducción segura, fundamentalmente porque:
• Crea un falso estado de euforia, seguridad, optimismo y confianza en sí mismo.
• Disminuye los reflejos, aumentando el tiempo de reacción.
• Disminuye la visión y la percepción, reduciendo el campo visual.
• Disminuye la capacidad de movimientos.
• Modifica las capacidades mentales de:
– Juicio.
– Razonamiento.
– Atención y concentración.
– Estado de ánimo.
• Produce sueño y fatiga.
• Aumenta la despreocupación, la temeridad y la agresividad.
• Falsea la correcta apreciación de distancias y velocidades.
• Modifica la apreciación o valoración del riesgo y aumenta el riesgo de que se produzcan accidentes.
• El estado de euforia, seguridad, optimismo y confianza en sí mismo, lleva al conductor a sobrevalorar sus propias capacidades, a un exceso de confianza en sí mismo y a despreciar el peligro.
• El aumento del tiempo de reacción se refleja en que, si el conductor está bajo los efectos del alcohol, ese tiempo normal de reacción se alarga y, por consiguiente, aumenta la distancia recorrida desde que el conductor percibe la señal o el peligro hasta que actúa sobre los mandos del vehículo, ya que la transmisión de las órdenes del cerebro a pies y manos se hace más lenta, se frena más tarde.
• La reducción en la visión normal se manifiesta en que:
– Se deterioran los movimientos habituales de los ojos, que permiten el normal reconocimiento de los objetos del entorno.
– Provoca la aparición de otros movimientos oculares, no habituales, que pueden entorpecer la visión.
– Se reduce la visión periférica (el campo visual), sobre todo cuando se requiere dividir la atención entre dos estímulos visuales que precisen ser analizados simultáneamente, lo que constituye una situación constante a lo largo de la conducción de vehículos.
– La apreciación de distancias y velocidades resulta falseada.
– La modificación en la apreciación o valoración del riesgo se manifiesta en que el conductor pierde la autocrítica, aumenta la osadía y sobrevalora sus propias capacidades, lo que le lleva a despreciar los riesgos y peligros.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los medicamentos ingeridos con alcohol pueden provocar efectos imprevisibles. En algunas enfermedades, beber alcohol incapacita totalmente para la conducción. Los estados de fatiga, sueño, cansancio, en combinación con el alcohol, aumentan el riesgo de accidentes. En estas situaciones, los estimulantes, las drogas y los medicamentos, no disminuyen el peligro; normalmente lo aumentan.
Mario, perdona chico, pero esto suena a pseudopropaganda y adoctrinamiento de la DGT.
Mario es adecuado para la realización de este artículo por la capacitación profesional que posee. Eso no lo dice por decir.
Volvemos con el comentario de Fugitivo a ver claramente la alta permisividad que existe en nuestra sociedad con el tema del alcohol. La evidencia está ahí si no se quiere ver ya es problema de uno mismo.
Cuestionable y mucho sería por ejemplo la influencia de la velocidad en la siniestralidad cuando las condiciones de la vía son óptimas, otra cosa muy diferente es el tema de las drogas y la conducción.
Gracias Alvaro por tu respaldo.
Un saludo.
El problema del alcohol como en otras muchas cosas es que muchos hablan por hablar. Una cosa es tener permisividad (como tengo yo dentro de unos limites y no pretender justificar conducir con un pedo impresionante) y otra hablar por hablar y sin saber lo que se dice.
Ahora resulta que en el tema del alcohol las evidencias están ahí. Pero en el tema de la velocidad, para Mario no hay un estudio válido. Y es curioso, pues la DGT afirma tener estudios científicos válidos para perseguir ambas infracciones por su «demostrada» peligrosidad. De hecho, ya que damos tanta importancia a los datos científicos, os voy a dar uno irrefutable: E=1/2m*v2. La energía cinética es igual a la mitad de la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad. De lo que se deduce que, a mayor velocidad, mayor riesgo de accidente y más graves lesiones.
A mí me parece que barremos para casa. Y que llevamos el debate en un estilo muy típico de este país, para nuestra desgracia, que consiste en culpar de todo a «los demás» para ver si así nos dejan en paz a nosotros. O sea, persigan ustedes a los que beben, que son muy malos, y déjenme correr a gusto.
No sé cuál será la capacitación profesional de Mario para decirme si yo estoy o no en condiciones de conducir en un momento determinado. Lo que sí sé es que la DGT está plagada de expertos (Pere Navarro es catedrático en Seguridad Vial) cuyas intenciones están más que claras para todos y que hablan exactamente en los mismos términos que Mario. Flaco favor nos hacemos con esa actitud.
@Fugitivo: ¿Sabias que segun los propias datos que maneja la DGT la velocidad solo tiene la culpa en el 7% de los accidentes?.
Aparte de que si a 140 te duermes y te matas para la DGT la culpa es la velocidad mientras que la realidad es que te has dormido. Lo mismo en muchos ejemplos que te podria poner.
¿Sabias que en Alemania con velocidad libre en muchas autopistas la relación de muertos por 1000 accidentes es la mitad que aqui?.
Estos son tres comentarios de muchos que te podria hacer.
«A 140 te duermes y te matas para la DGT la culpa es de la velocidad mientras que la realidad es que te has dormido».
Sí, y si has bebido y tienes un accidente, la culpa es del alcohol, independientemente de otras causas. Que nos explique Mario de dónde saca si no eso de «más de la mitad de los muertos en accidente de tráfico están relacionados con el consumo de alcohol». ¿Relacionados cómo?
Las condiciones viales en Alemania son muy distintas a las españolas, pero bueno… yo no voy a ir en la línea de Mario. No voy a darle la razón a la DGT en nada porque eso es lo que quieren.
Haré hincapié en el hecho de que, ante el enorme descenso en sanciones por alcoholemia (hecho que la propia DGT ha reconocido hace tiempo), urge tomar medidas. No se pueden hacer ya más controles pues los medios humanos son limitados. ¿Solución? Campaña de desinformación y demonización en torno al alcohol, me temo que con el objeto de bajar aún más la tasa de alcoholemia y así reflotar la recaudación. Llevan meses dando el coñazo con lo de «al volante, ni una gota» y tal.Pero eso igual son paranoias mías.
Por cierto, en Alemania planean limitar la velocidad en las autopistas. ¿El motivo? La contaminación, dicen. Siempre encuentran un motivo.
@Fugitivo: Lo de mas de la mitad de los muertos esta relacionado con el alcohol se refiere a que habian consumido mas alcohol de lo permitido, y eso si creo que es cierto. Otro tema es si en el accidentes se dan unas circunstancias de mala suerte o lo que sea que habiendo consumido alcohol o sin haberlo consumido te matas igual, esa parte ya no la cuentan.
A nada de fisiología humana que sepamos, sin entrar a d escribir ecuaciones biofisicas, está rotundamente demostrados los efectos deletéreos sobre la percepción del alcohol con un consumo agudo (no entro a hablar de la toxicología de esta droga de forma crónica pues poco o nada viene al caso), con lo que la relación entre alcohol y siniestralidad teóricamente es directa. Es cierto, y puedo compartir contigo el criterio de que mucha gente aun estando bebida no constituye un peligro, pero científicamente, y concretamente, estadísticamente sí lo es y esto es inapelable. Es una simple cuestión de sentido común, si conducimos bajo los efectos de las drogas es plausible que nuestra percepción audiovisual y la capacidad motora este inhibida o excitada dependiendo de la sustancia activa, en cualquier caso, nuestro comportamiento es anómalo y no apto para la conducción.
Por otra parte, si participo en este blog, aparte de estar cualificado para ello, es por estar en desacuerdo con la política de la DGT y sobretodo en el tema de la velocidad, pero en este ámbito que nos concierne ahora soy un firme defensor de la concienciación del problema y persecución al incumplidor.
Saludos.