Aunque para todos queda claro que el mal uso de un coche puede producir el mismo efecto que el de un arma hecha para matar, las vidas quitadas con un coche siguen sin verse como aquellas que se eliminan con un arma blanca o con una pistola.
Autor: Flor Zapata
El sólo anuncio, hecho hace unos días, por el fiscal de Seguridad Vial Bartolomé Vargas, sobre la posibilidad de decomisar el coche a los reincidentes en delitos de seguridad vial, hacía a muchos levantar la voz, muchos que no se plantearían la retirada de un arma, después de producir una muerte o por el sólo hecho de amenazar con ella a alguien.
Y las sentencias, condenas, privación preventiva de libertad, etc., por hechos luctuosos de seguridad vial tienen la misma benevolencia, comprensión, conformismo y aceptación que ocurre con la visión del coche como arma.
El conductor que el pasado 19 de Abril produjo el accidente en Torremolinos, en el que murieron 9 turistas finlandeses, ha abandonado la cárcel de Alhaurín de la Torre, después de pagar 18.000 euros de fianza.
Este conductor que dio positivo en el control de alcoholemia (por supuesto nada que ver con el grado de alcohol que llevaba el culpable de la muerte de mi hija que le superaba con creces), está acusado de 9 delitos de imprudencia grave con resultado de muerte, 41 delitos de imprudencia grave con resultado de lesiones, un delito de conducción temeraria y un delito de conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas.
Leo que “la Fiscalía pidió que continuara en prisión porque la pena mínima que se le iba a pedir sería de 3 años y medio”. Que digo yo que para que se piden penas mayores si al final no se conceden.
Mucho más reciente está el caso del hombre atropellado en la reciente huelga de camioneros, cuyo presunto culpable también está en libertad.
Las sentencias referidas a delitos sobre seguridad vial, sin víctimas, que en su mayoría se refieren a multas o trabajos para la sociedad, muchas de ellas no se cumplen, porque no hay montada una estructura importante para que se lleven a cabo y las que son de menos de 30 días, pasado un año, prescriben.
Mientras que estos delitos no tengan un castigo adecuado; su ejecución se demore en el tiempo o no se cumplan, los delitos por seguridad vial serán vistos como “no delito” y el peligro de utilizar un coche como un arma de matar, persistirá.
Las víctimas producidas por inseguridad vial, por violencia vial, por irresponsabilidad a la hora de conducir, seguirán aumentando, pese a que sean en menor número que años anteriores, porque matar con un coche es lo más fácil, lo más barato y lo menos penado.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, víctima de un accidente provocado por un conductor bebido el 17 de Abril de 2005. Condenado a 2 años y 9 meses de prisión. Aún no se ha hecho efectiva la sentencia. Tampoco la retirada del carné.
Fuente original: ¡Quiero conducir!¡Quiero vivir!