Opinion de un lector de el correo digital sobre el novato pillado a 217km/h

Una opinión más duda de la velocidad como peligro. Las propias estadísticas de accidentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) revelan que apenas el 3% de los mismos se debe a una velocidad excesiva La Asociación Técnica de la Carretera (ATC), comité español de la Asociación Mundial de la Carretera (IRC), critica la política de límites de velocidad rígidos que impera en las carreteras españolas a semejanza de las del resto del mundo.

En su lugar, abogan por unos límites de velocidad variables en función de las circunstancias del tráfico, la climatología y las características de la carretera y critican una señalización excesiva que, en ocasiones no tiene en cuenta ni las distancias de frenado necesarias. En opinión de este grupo de técnicos que colaboran con el Ministerio de Fomento -y del que Björnulf Benetov, director general de Euroconsult, actúa como portavoz-, es cuestionable que se pretenda atribuir a la velocidad la causalidad de los accidentes.

La prueba es que las propias estadísticas de accidentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) revelan que apenas el 3% de los mismos se debe a una velocidad excesiva. Y por la misma razón, es igualmente aventurado pretender una variación en la tendencia de la siniestralidad actuando sólo sobre uno de los parámetros de los que depende: la velocidad. La siniestralidad depende de cinco factores principales: el vehículo, la carretera, las condiciones del tráfico, las condiciones climatológicas y el comportamiento del conductor.

De este último depende la velocidad a la que circula. Según los estudios realizados por ATC, en condiciones normales, el conductor tiende a circular a la velocidad que considera segura en función de las circunstancias. Por eso, los límites genéricos tienen un escaso índice de cumplimiento. En España, el 85% de los conductores circula entre 10 y 20 kilómetros por hora por encima de la velocidad límite.

Un porcentaje demasiado importante para que se pueda achacar a un simple capricho de los conductores. Benetov señala que más bien hay que interpretar esta desobediencia por la necesidad de movilidad. Está demostrado que los límites de velocidad debidamente establecidos son respetados y estos límites son los que se corresponden con las velocidades que han servido de base al diseño de la vía y a la percepción de seguridad que transmita el entorno.

Precisamente es esta sensación de seguridad la que realmente marca la velocidad a la que ruedan los vehículos. Los diseños de las carreteras actuales la transmiten, lo que da lugar a un aumento de la velocidad. El trazado de las carreteras debe ser homogéneo, introduciendo elementos que mantengan viva la atención del conductor.

Consideran inaceptable la existencia de curvas cerradas al final de largas rectas. En el caso de que sean inevitables, consideran necesaria la realización, antes de las mismas, de virajes más suaves, que obliguen al conductor a ser consciente de la velocidad a que circula. En las zonas en las que el trazado de la carretera sea difícil hay que intentar evitar que la vía y su entorno transmitan sensación de seguridad al conductor.

Sin embargo, Benetov no está de acuerdo con decisiones, como las que se han tomado en Francia de no utilizar pavimentos drenantes en sus carreteras y autopistas porque, cuando llueve, debido a que el agua se disimula en su interior, hace que el conductor no sea consciente de que el pavimento está mojado. Desde ATC se pide especial atención del control de la velocidad en lluvia y de los neumáticos.

El 60% de la capacidad de adherencia de las cubiertas al pavimento se emplea en controlar el deslizamiento lateral. En caso de lluvia el coeficiente de adherencia baja un 70% por lo que, si no se reduce la velocidad, los conductores se aproximan al límite de adherencia de un neumático en buen estado. Si está en mal estado, el accidente es seguro.

Autor: Otros
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4 ideas en “Opinion de un lector de el correo digital sobre el novato pillado a 217km/h

  1. El problema es que cada vez mas, los conductores están aborregados y no saben ajustar la velocidad a las condiciones de la vía, ya que les han acostumbrado a límites absurdos que, precisamente por eso, la mayoría de las veces no hacen caso. Es de todo impresentable el decir que no se hacen carreteras que drenen para evitar que se corra… por Dios, es como decir que vamos a hacer pistas de hielo en vez de carreteras para que la gente no corra… semejande burrada solo puede salir de la boca de los políticos estúpidos que cada vez, abundan mas.

  2. Lo de este país es una puta vergüenza. De imbéciles totales, los que ponen las normas y los que las cumplen a rajatabla bajo la coacción del gobierno.

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