«A Tráfico no lo convencen ni las certificaciones de Fomento»

Nacer en Lugo y llamarse Fidel Castro es un seguro para no pasar inadvertido. Pero si además Fidel Castro planta cara al director general de Tráfico, Pere Navarro, durante años, porque está convencido de que ha sido víctima de una injusta sanción, es inevitable que el caso adquiera dimensión mediática. La batalla judicial, por la vía penal, se ha saldado a favor de Navarro, porque un juez de Madrid, última etapa del largo peregrinaje de este asunto por distintos juzgados, decidió archivar el caso. Fidel Castro Fernández es electricista municipal, motero y submarinista y ahora está convencido de que cualquiera de esas actividades es más segura que enfrentarse a la Dirección General de Tráfico.

La sanción le fue impuesta en febrero del 2005, acudió al juzgado, por la vía penal, en septiembre del 2007, y la denuncia acaba de ser archivada. En medio, una sanción de 300 euros y retirada de carné por un mes que finalmente quedó en 140 y sin retirada del permiso de conducir. Tráfico no le dio la razón, pero consideró que con la multa indicada quedaba «suficientemente corregida la infracción».

-Cualquiera diría que, con su nombre y su apellido, la Administración se lo pensaría antes de enfrentarse a un recurso o a una denuncia firmada por usted, por Fidel Castro…

-¡Eso pensaba yo! Y se lo dije a una de las funcionarias con las que traté. Le expliqué que estaba tan enfadado que estaba dispuesto a acudir a todas las vías posibles, incluida la prensa y un programa de televisión que se titulaba Caiga quien caiga . Verá -le dije- qué bien quedan titulares que digan «Fidel Castro denuncia a Pere Navarro». Y denuncié.

-¿Y qué le contestó?

-«¿Qué me dice?». No, no, a ese no, al otro, al de Caiga , le respondí.

-Usted presentó en apoyo de sus argumentos un reportaje fotográfico, incluso con imágenes de satélite…

-Sí. Por casualidad, pocos días después de que se comunicase la sanción pasaba cerca de donde estaba el radar (kilómetro 682,7 de la N-634, en dirección a Santiago) y fui allí para comprobar qué había pasado. Yo nunca discutí que fuera a 86 kilómetros por hora; lo que sostengo es que desde la incorporación de la AC-524, de donde yo venía, hasta donde estaba el radar no había ninguna señal de limitación. Y no la había. Así que, para ver si así se enteraban, hice fotos de la señal que identifica la carretera, del cruce, de todo; lo situé mediante fotos de satélite. Clarito, clarito; todo tan clarito que parecía imposible que no lo entendieran. Y no lo entendieron porque no quisieron.

-Y además una certificación de Fomento…

-También, previo pago de siete euros de tasa. La pedí en Lugo y la tramitaron en A Coruña. El ministerio certificó que la señal estaba donde yo decía. Pero se ve que tampoco la certificación de Fomento sirvió de mucho.

-Tengo entendido que el guardia que firmó la denuncia era un agente con una memoria notable…

-Prodigiosa, oiga. La denuncia es del 2 de febrero. Y en noviembre, cuando hace el informe, se acuerda de todo, pero mal. Y eso que el coche que conducía era de lo más corriente, de color plateado; no era un cochazo, ni de un color llamativo, ¡qué va! Y encima le lleva la contraria a Fomento y dice que la señal de limitación estaba donde no estaba. A Tráfico no lo convencen ni los certificaciones del Ministerio de Fomento.

-¿Cuántas veces le dijeron que el asunto estaba en vías de solución?

– Más de una. Y me avisaban de que no pagase, que ya me comunicarían debidamente. Y claro que me comunicaron, pero por la Agencia Tributaria y con recargo. Vaya, que pagué los 140 euros más 28 de recargo. Bueno, para ser exacto, y sin saber por qué -ni me interesa, claro-, la cantidad total fue inferior a la suma de las otras dos. ¡Vete tú a saber por qué!

-¿Es entonces cuando decide presentar denuncia por la vía penal?

-Sí, y contra el director general, Pere Navarro, que a fin de cuentas es el cargo que aparece citado al pie de los documentos aunque luego firmen otros, por delegación o por lo que sea. Que conste que antes de la denuncia, hice todo lo que pude para arreglar el asunto por la vía administrativa.

-Ganar no ganó, pero la denuncia recorrió unos cuantos juzgados de España …

-Está visto que cuando se trata de la Dirección General de Tráfico una denuncia contra el director es una patata caliente y muy incómoda. De Lugo fue enviado a Madrid; de allí, otra vez a Lugo y de aquí A Coruña, de donde debió volver a Lugo. Por fin el juzgado lucense solicitó al Tribunal Supremo que aclarase a quién competía resolver. Al final lo hizo un juzgado de Madrid, que archivó.

Fuente: La Voz de Galicia

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Autor: Otros
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7 ideas en “«A Tráfico no lo convencen ni las certificaciones de Fomento»

  1. El pobre Fidel se equivoco al hacer la denuncia, ya que con la Certificación del Ministerio debia de haber denunciado al Agente, concretamente por prevalicación ya que un agente de la autoridad no puede mentir, solicitando la suspensión de empreo y sueldo del citatdo agente,ya que pruebas tenia de sobra. Con eso ganado conseguir el sobreseimiento de la denuncia hubiese sido coser y cantar. Hay veces que apuntar muy alto tiene esas cosas. Saludos a todos y seguir asi…

  2. al agente el ke deberia de denunciar es el fiscal porke si en un juicio un agente contradice una certificacion de fomento es cuanto menos para investigar 🙄

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