Cuando sufrimos un golpe de chapa lo primero que hacemos es dar el parte a nuestra aseguradora (si estamos
asegurados a todo riesgo), y a continuación llevamos el coche al taller para que el perito evalúe los daños y ordene la reparación.
Pues bien, en algunas ocasiones los talleres se quejan del bajo precio en que las aseguradoras tasan los daños, pero no obstante aceptan reparar por el precio marcado por el perito. Esto puede provocar a veces reparaciones defectuosas que en modo alguno el automovilista debe aceptar.
En este sentido conviene recordar que, con independencia del coste de la reparación, los talleres son responsables de las reparaciones que realicen, las cuales están garantizadas como mínimo durante tres meses o 2.000 kms, o durante 15 días o 2.000 kms, si se trata de vehículos industriales.
Siempre que lleve el coche al taller -aunque quién pague sea su aseguradora-, solicite una copia de la factura para saber que es lo que le han hecho a su automóvil. Así, podrá hacer valer sus derechos en caso de que surjan problemas con la reparación.