Llevamos todo el año oyendo que 2009 ha vuelto a registrar un record en reducción de siniestralidad en nuestras carreteras. Es, simplemente, falso. La siniestralidad es más que los fallecidos, es la cifra que representa el conjunto de los accidentes. Hasta, si se quiere, de los accidentes con víctimas.
En 2009 hubo 7.017 accidentes con víctimas más que en 1985, primer año que figura en el anuario estadístico editado por la DGT. Desde el año 2000, la cifra de accidentes no ha bajado, hasta este 2009, de los 90.000, y siempre ha estado más cercana a los 100.000, o la ha sobrepasado. La cifra se mueve caprichosamente entre los 80.000 y los 100.000 accidentes, sin que exista causa aparente. Pero lo cierto es que los accidentes, como vemos, no bajan. La siniestralidad en España lleva 25 años estancada, por mucho que aquí sólo se habla de la siniestralidad cuando el accidente es mortal.
Veamos las víctimas (muertos y heridos). Respecto al mismo año (1985) en 2009 hubo 4.000 víctimas menos (apenas una variación del 3%). Pero la cifra es calcada a la de 1995. Es decir, que han hecho falta catorce años para igualar la cifra de 1995. Desde ese año hasta 2009, el conjunto de muertos y heridos ha sido siempre superior a los 127.000.
No quiero marear con cifras, porque convierte a cualquier texto en difícil de leer. Pero, ¿qué puede estar sucediendo para que la opinión pública piense que la siniestralidad baja año tras año? Pues que se empieza identificando siniestralidad con accidentalidad (término de nueva creación introducido en el vocabulario consistente en accidentes con muertos), se sigue sin proporcionar datos definitivos hasta el final del año siguiente y se acaba concluyendo, por la opinión pública, engrasada mediáticamente por una DGT que se gasta 14 millones de euros al año en campañas publicitarias, que la siniestralidad baja.
Frías cifras reales
De los datos mencionados se obtienen pues dos conclusiones: Ni apenas bajan los accidentes, ni bajan las víctimas. No creo que sea para estar satisfechos, y mucho menos para echarnos a dormir en los laureles del triunfo del descenso del número de fallecidos, sobre todo cuando se tiende a caer en la más pura propaganda, achacando dicho descenso a las únicas medidas que realmente basan la política de seguridad vial del Gobierno, que son las coercitivas.
Porque, si nos paramos a pensarlo, ¿no se supone que los radares, las multas, el carné por puntos o la reforma del código penal sirven para reducir la siniestralidad, como se nos machaca sin piedad un día sí y otro también? Pero vemos que la siniestralidad no se reduce, sino que se mantiene estable a lo largo del último cuarto de siglo. Y llegamos de seguido a plantearnos la siguiente cuestión: ¿Cómo es posible que todo lo que se hace por reprimir haga que un accidente sea menos grave, y que a igualdad de accidentes haya menos fallecidos? Yo no encuentro explicación, desde luego. ¿No será quizás, que los accidentes de ahora sean menos graves porque hay menos colisiones frontales (la que más muertos por ocupante producen) debido a la expansión de carreteras desdobladas? Pues sí, y hay un dato que lo acredita: el mayor número de accidentes mortales es ahora por salida de la vía.
E, igualmente, ¿no será que los sistemas de seguridad pasiva de los vehículos impiden muchas muertes, y que el fallecido de antaño sea hoy un herido grave, y que aquél herido grave sea ahora uno leve? ¿Es que los fabricantes de automóviles han tirado el dinero de sus accionistas en cachivaches sin sentido?
Y, por último, ¿no será antes nos desangrábamos en la cuneta mientras llegaba una ambulancia del puesto de socorro de la Cruz Roja, atendida por voluntarios sin formación ni conocimientos, y ahora somos atendidos por equipos medicalizados perfectamente formados y expertos en excarcelación de los cuerpos de Bomberos, e incluso por helicópteros? Pues también.
He aquí cómo pasamos a matarnos menos teniendo el mismo número de accidentes. ¿En verdad alguien pensó que sacarnos el dinero sirve para reducir el número de siniestros en nuestras calles y carreteras?
Entonces, se dirá, la pregunta del millón es: ¿Cómo se reduce la siniestralidad? Y me atrevo a contestarme: conduciendo mejor. Pero eso, ya se sabe, forma parte del largo plazo, esa cosa que tanta urticaria produce a nuestra clase política.
Y queda pendiente el asunto de los desplazamientos, ese tesoro informativo que la DGT se guarda para sí para que carezcamos de un parámetro realmente objetivo sobre el que poner en relación los datos absolutos. Es lo que tenemos, a la espera, como decía al principio, de la creación de indicadores viales.
Lo sé, son demasiadas preguntas cuya respuesta nunca encontramos en las triunfales declaraciones de Pere Navarro, por cierto, ahora totalmente desbordado por el repunte de la siniestralidad. Seré el primer en decirlo: no es culpa suya. Pero esto lo dejo para otro día.
Fuente: ElAntiRadar
Locoooo…. calla…. a ver si la gente se va a dar cuenta que les están timando con «por tu seguridad»…
Si te matabas en un 124 y ahora no te matas en un Laguna con airbag hasta en las pestañas, ABS, EPS, habitáculo indeformable, protección lateral, chapa deformable en el motor… es gracias a los radares de la DGT ¿O acaso alguien lo duda?
Por cierto, para los que aún crean en la DGT… los niños vienen de Paris y la tierra es plana ¿O alguien lo ponen en duda?
O sea, que la gente se da las mismas hostias al volante (más o menos) año tras año, pero si se reduce el nº de muertes es gracias a una mayor modernidad de las carreteras y de la seguridad de los vehículos. Correcto. Correctísimo. Lógico. Logiquísimo.
Y sobre como reducir la siniestralidad, absolutamente de acuerdo; CONDUCIENDO MEJOR, que es aquel asunto sobre el que los incapaces de la DGT se han puesto una venda en los ojos. Y así les vá. Y así nos vá a los conductores, que nos seguimos dando porrazos, algunos por mala fortuna (tambien pasa o puede pasar), pero la mayoría son POR UNA DEFICIENTE FORMA DE CONDUCIR, que es a lo que iba con este, mi comentario, porque es lo que yo mismo denuncié en mi último «escrito» (como artículo es más bien pobre), que se conduce MAL, en líneas generales, en nuestro país. Pero resulta todo este UN ASUNTO QUE NO LE PARECE INTERESAR NI LO MÁS MÍNIMO AL SR. NAVARRO Y SU MÁS QUE PROBABLE, «COHORTE» DE MAMONES (perdón, asesores).
¿Qué no es culpa de Pere Navarro el repunte de la siniestralidad?…
Vale vale, puede ser. Tal véz la culpa la tenga entonces Zapatero y su desgobierno, con toda esta pandilla de delinqüentes que está dejando pasar en España y que conducen como eso, COMO DELINQÜENTES. Sobre todo CUANDO LOS PERSIGUE LA POLICÍA. ¿No?…
No se no se, lo acabo de pensar así, por encima, pero aún con gran riesgo de equivocarme esta véz, ¿a ver si habré acertado también?…
Y si no será porque el carnet que se han sacado en SU país sirve para conducir EN LA SELVA. Para España, ¡NOOOO!
¿O será que (cómo también denuncié) va por ahí mucho espabilado conduciendo sin carnet?…
En todo caso lo mejor para rebajar el índice de siniestralidad en España SEGURO que pasa por la DIMISIÓN INMEDIATA de todo este equipo de desgobierno socialista y su abundantísima manada de acólitos y lameculos.
Los conductores entonces, al no estar tan indignados y cabreados con el desgobierno, seguro que conducirán con más cuidado.
¡Vayasé Sr. Navarro!
Y váyanse también el resto.
¡A la puta mierda todos en bloque!