El Antirradar hacía ayer un análisis de los documentos en los que Interior y la DGT explican la evolución de la accidentalidad en España, que revelaba que, desde 2010, la serie histórica de fallecidos en carretera presentaba una disminución de 365 personas respecto a las publicadas en los seis años anteriores. La respuesta de la DGT no podía ser otra que no pasase por considerar un enemigo tanto a quien hacía la pregunta (yo) como a cualquier otro ciudadano que buscase un respuesta.
Que un departamento de Prensa o gabinete de Comunicación trate de enfocar las informaciones que produce en los logros de los jefes no es algo que sorprenda a estas alturas, cuando el periodismo se ha convertido en España en un oficio de copistas de comunicados de Prensa, ahora que incluso se acude a conferencias de Prensa en las que no se puede preguntar. Y cuando quien emite información es la DGT, con su prolijo chorro de millones sobre las amojamadas cuentas de resultados de los medios (más de 10 millones de euros en 2010), el seguidismo es tal que bastaría con que el organismo dirigido por Pere Navarro colgase sus notas en la web para que los periódicos, radios y televisiones se limitasen a copiar y pegar: no harían falta ni portavoces, salvo para hablar del estado del tráfico en las horas punta.
Sin embargo, hay ocasiones en que las cosas no cuadran, que los datos se confuden y la manipulación, al menos de manera aparente, asoma la patita; y, sobre todo, esto sucede cuando quien tiene la responsabilidad pública sobre un área concreta de gestión (el tráfico, en este caso) está tan acostumbrado a hacer de su capa un sayo que se siente investido del Don de la Impunidad, que no es otra cosa que la expresa manifestación del desprecio hacia la ciudadanía. Sintiéndose dueño de la situación, es cuando el gobernante se vuelve cínico y descarado: el Puto Amo. Habló, sí, de Rubalcaba, y de su botones de la DGT, Pere Navarro, el lenguaraz.
Pero sucede que cuando se actúa así, con impunidad, el relajamiento puede jugar malas pasadas. Y es una mala pasada del destino que haya llegado este pelanas escribiente a preguntarle a la DGT por qué se eliminaron 365 víctimas mortales de accidentes de tráfico de las estadísticas. Una respuesta de este tipo no tiene que ser complicada: alguna explicación habrá, digo yo, para que no pensemos que juegan con los muertos como con amarracos en una macabra partida de mus. Pese a ello, pese que la respuesta, siendo referente a algo tan notorio como un afeitado de 356 fallecidos en una serie histórica, no debería ser complicada, el departamento de Prensa de la DGT (tan poco acostumbrado a explicar lo que se sale de la doctrina oficial) se ha tomado 24 horas en responderme. La pregunta era sencilla, y aquí la reproduzco, en un nuevo episodio de diálogo besuguil:
Yo: “¿Cómo es posible que distintos materiales informativos de Interior y la DGT ofrezcan unas cifras de fallecidos determinadas hasta una fecha y a partir de esa fecha dichas cifras sean diferentes?”.
DGT: “Todos los datos de las notas de prensa son oficiales y correctos”.
Yo: “Pero a ver, ¿cómo van a ser correctos datos diferentes sobre la misma cuestión, cómo van a ser igualmente correctas dos series históricas de fallecidos en la que una tiene 365 muertos más que la otra?
DGT. “Todos los datos de las notas de prensa son oficiales y correctos”.
Yo: “Sí, ya me lo has dicho, pero no me has contestado”.
DGT: “Podemos estar horas discutiendo, yo sólo puedo decir esto”.
Yo: “Me queda claro, gracias”.
Así que, según la DGT, 365 muertos es una desviación estadística aceptable que convierte en verdadera tanto a aquella serie que los incluye como aquella que, de un plumazo, los ha dejado fuera.
Esta es la verdadera cara de la DGT. Se mean en los muertos.
Mientras, Pere Navarro acaba de decir que “posible” que se cumpla uno de sus sueños en materia de seguridad vial: que ninguna persona fallezca en las autopistas españolas en 2020. «Sueño con un horizonte: que en 2020 no haya ningún muerto por accidente de tráfico en ninguna autopista española. Creo que es posible. Hay que ser valiente para hacerlo”, comentó Navarro en su intervención en la Tribuna RACC.
¿Valiente? No, hay que ser valiente para convertir las estadísticas de fallecidos en cromos al servicio de la propaganda.
Fuente: El AntiRadar
Por cierto ¿cuantos muertos hay en las autopistas españolas? y remarco bien AUTOPISTAS, no autovías que es lo que nos han vendido a la hora de ponernos carreteras.
Posiblemente a lo mejor hasta los encontramos con la sorpresa de que a día de hoy no muere nadie EN AUTOPISTA.
Con respecto al artículo solo demuestra la prepotencia socialista, aquí enmarcada en la DGT pero que siempre tienen razón, los demás no la tienen y si les quieres rebatir con argumentos te saltan con que eres un demagogo, antipatriota y la que más me gusta… que eres un facha.
La de la DGT en este asunto, como en otros muchos, es de una desvergüenza extrema, además de un insulto a la decencia y a la inteligencia mínima de cualquier persona. Tratan al pueblo como si todos fuéramos imbéciles, engañándonos o tratándo de hacerlo, con absoluta impunidad. Mienten tanto que al final LO NORMAL es que mientan.
¿Fachas?… Fachas ellos. Estas actitudes, y otras muchas a las que nos tiene desgraciadamente acostumbrados este desgobierno si que son propias de fachas. Fachas socialistas, pero fachas al fin y al cabo. En política, al final, los extremos se juntan. Todos buscan lo mismo: manipular, engañar, enmerdar, vivir a costa de la ciudadanía sin dar prácticamente un palo al agua, y si es posible al final, tiranizarla, que es lo que está tratando de hacer ya este gobierno con su recorte de libertades. En todo esto si son unos auténticos profesionales. La prensa habitual y los medios de comunicación son complices.