Los niveles altos de contaminación provocados por las partículas en suspensión PM2,5 (se llaman así porque miden
2,5 micras de diámetro) que generan los motores diésel aumentan la mortalidad por enfermedades circulatorias, según un estudio publicado en la revista “Science of the Total Environment”.
El estudio realizado, entre otros autores, por Cristina Linares y Julio Díaz, del Instituto de Salud Carlos III, refleja que en la ciudad de Madrid se producen más muertes por infartos, cardiopatías isquémicas e ictus cuando la contaminación es más alta.
Las partículas de menos de 2,5 micras tienen, a diferencia de las más grandes (las PM10), un origen antropogénico. Es decir, que las producen los tubos de escape de los vehículos que circulan a diario por la capital. En concreto, los motores diésel, que emiten hasta seis veces más partículas que los de gasolina.
Para realizar el estudio, los autores tomaron los datos de contaminación de la red de 27 estaciones de medición del Ayuntamiento de Madrid entre enero de 2003 y diciembre de 2005. Y para el mismo periodo contabilizaron las muertes diarias por causas circulatorias (20.445). Además de la causa general, observaron tres específicas: infarto agudo de miocardio, otras cardiopatías isquémicas y enfermedades cerebrovasculares.
Tras el análisis estadístico, se determinó que existe una “relación lineal positiva”, entre la concentración media diaria de partículas PM2,5 y las muertes a corto plazo. El umbral a partir del cual la mortalidad se dispara es de 25 microgramos por metro cúbico, precisamente la concentración máxima diaria de PM2,5 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar.
¿QUE SON LAS PM2,5?
Las partículas que respiramos presentes en la atmósfera de nuestras ciudades en forma sólida o líquida
(polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen) se dividen según su tamaño, en dos grupos principales. A las de diámetro aerodinámico igual o inferior a los 10 micrómetros se las denomina PM10 y a
la fracción respirable más pequeña, PM2,5. Estas últimas están constituidas por aquellas partículas de diamétro aerodinámico inferior o igual a los 2,5 micrómetros. En el caso de las PM2,5, su origen está principalmente en fuentes de carácter antropogénico como las emisiones de los vehículos diesel.
EFECTOS EN LA SALUD
Las partículas PM2,5 tienen efectos más severos sobre la salud que las más grandes, PM10. Además
están compuestas por elementos que son más tóxicos (como metales pesados y compuestos orgánicos) que
los que componen las partículas más grandes. Las partículas PM2,5 se acumulan en el sistema respiratorio y están asociadas con numerosos efectos negativos sobre la salud, como el aumento de las enfermedades
respiratorias y la disminución del funcionamiento pulmonar. Los grupos más sensibles -niños, ancianos y personas con padecimientos respiratorios y cardiacos- corren más riesgo de padecer los efectos
negativos de este contaminante.
