La DGT implantará, a partir del próximo 11 de julio, un nuevo teléfono de información, el 011, que sustituye al anterior 900 123 505. Más fácil de recordar y de marcar, pero de pago. Hasta ahora, la casa peresiana se gastaba al año un millón de euros por las llamadas gratuitas recibidas.
Es exactamente la cantidad que a partir de ahora saldrá de los bolsillos de los conductores que quieran saber el estado de las carreteras. Más vale que el servicio mejore, porque cada vez que lo he usado la información recibida era absolutamente incorrecta. Como todo ahorro es poco, la DGT se ahorrará otros 2,5 millones con la eliminación de los 6.800 postes SOS de las carreteras carreteras para llamadas de auxilio.
Y sí, esas llamadas de los postes SOS también eran gratuitas. Dice la DGT que, eso sí, el precio de la llamada no superará el de una de ámbito nacional. Vamos, como llamar de Sevilla a Barcelona. ¿No podían haber puesto precio de llamada local, mucho más barata y gratuita desde de la mayoría de los móviles con algún plan tarifario?
Lo mejor de la noticia es que fuentes de la DGT citadas por El Mundo aseguran que se dejará de pagar el precio de las llamadas, “aunque seguirá ofreciendo el servicio gratuitamente”. Ay carajo, que la próxima es poner una línea de pago por servicio, como las eróticas, mientras la nada sensual voz del robot nos informa de que “no hay incidencias en el tramo solicitado”, mientras estamos detenidos en un monumental atasco.
Esto de que se cobra la llamada pero no el servicio es como si nos dijeran que ir al cine es gratis, porque no pagas por ver la película, pagas la entrada. Señor, señor…
