Cuidado con la carretera

Hoy sábado mucha gente va a salir a las carreteras arropados por un fin de semana que en muchas comunidades es un puente largo de tres días. Por ello quiero hacer un llamamiento a la prudencia y dar unos consejos muy elementales.

Primeramente recomendar lo que todo el mundo recomienda, que el coche esté en buen estado, que esté bien de frenos, bla bla bla… bueno normalmente y salvo que salgamos a la carretera con un coche que tenga 20 años todos estos elementos estarán correctos y de no ser así, dudo yo mucho que cualquier mortal sin conocimientos de mecánica lo pueda saber, pero si al frenar oyes ruidos extraños, o que el coche se va hacia algún lado mi consejo es ir rápidamente a un taller y que lo miren, antes de dejarnos los dientes en algún árbol.

Pero lo que si voy a hacer hincapié es en las cosas triviales que puede hacer uno mismo y que nos puede salvar la vida, o por lo menos evitar que la perdamos y que curiosamente la DGT parece olvidarse de promocionar en sus campañas de “meter miedo” culpabilizando de todo a la velocidad (aunque se sepa a ciencia cierta que solamente es la responsable directa de menos de un 3% de los accidentes), por ello voy a dar unos consejos elementales de los que parece que nunca se habla.

Una revisión rápida de todas las luces del coche puede ser recomendable, ya que no es nada agradable encontrarse que uno de los faros no funciona una noche oscura o que estos se encuentran apuntando a la luna de valencia y que por lo tanto cuando los encienda no voy a ver ni torta. La prueba se puede hacer grosso modo en un garaje o con una pared en un sitio semi oscuro donde podamos ver donde da el haz de luz. Sin entrar en rocambolescos ajustes el haz deberá caer en la pared, alejándonos unos 5 metros, un pelín por debajo de lo que sería la altura del foco en el coche, sin embargo esto solo detectaría si el faro está apuntando hacia donde debe o si apunta a la china, no es una medida fiable donde el ajuste lo deberá hacer un taller especializado, pero es curioso ver coches por la noche cuyos faros apuntan a todos lados menos a donde debieran.

Otro elemento muy olvidado pero casi el más importante son los neumáticos. Una miradita rápida a la banda de rodadura nos permitirá ver si están o no están correctos. Dentro del dibujo veremos una especie de taquitos de goma, estos indican el nivel MINIMO y cuando la banda de rodadura alcance a estos taquitos, deberemos cambiar el neumático, aunque es aconsejable hacerlo antes. También podremos comprobar si existen desgastes anómalos. Un neumático deberá desgastarse todo por igual, si vemos que por la parte interior o la parte exterior el neumático está exageradamente más desgastado que la otra será que tenemos un problema de paralelo (lo más habitual), por ello deberemos acudir a un taller para que subsanen el problema.

Pero algo que deberíamos hacer asiduamente pero que poca gente hace es el comprobar la presión de las ruedas. Un consejo es comprarse un manómetro para medir dicha presión y comprobarla en frío cada 15 días aproximadamente. La presión que deben tener dichas ruedas viene en nuestro libro de instrucciones y deberemos llevar la que el fabricante recomiende en cada caso, porque una presión elevada (cosa que nunca es el caso habitualmente) disminuye la adherencia del neumático con el suelo, una presión baja (casi siempre lo que ocurre) puede recalentar el neumático y causar un reventón, cosa que no es nada agradable.

Una advertencia para aquellos que realicen pocos kilómetros con su automóvil. Un neumático no solo hay que cambiarlo por desgaste sino que un neumático también envejece y la goma se deteriora. Si encontramos pequeñas grietas o cuarteos en el lateral del mismo por muy bien que esté la banda de rodadura es hora de jubilarlos, ya que esto es señal que la goma se empieza a pasar y en un momento dado nuestras probabilidades de reventón aumentan exponencialmente.

Algo que se obvia siempre pero que es muy importante es la visibilidad, y esto se consigue con unos cristales limpios. No es nada agradable ver como nuestra luna delantera se transforma en una plancha opaca blanca que no nos deja ver nada en cuanto el sol le pega de frente, porque muchos accidentes que se achacan a “deslumbramientos” no son tales deslumbramientos, son cristales que están sucios por dentro y en cuanto reciben la luz solar se vuelven blancos. Este ensuciamiento se produce por el propio vaho de la respiración, siendo muy intenso en aquellas personas que fumen dentro del coche. Por ello limpiar la luna delantera por dentro una vez por semana sería recomendable si no queremos sustos, aconsejando la limpieza de las demás lunas ya que un choque lateral por no ver el espejo por “la mierda” que tiene un cristal también es más habitual de lo que nos creemos.

Y dentro de esta limpieza de cristales hemos de darle una importancia a las rasquetas de los limpia, ese elemento del cual nunca nos acordamos hasta que un día caen cuatro gotas y al darle al limpia comprobamos como nuestro cristal delantero se hace opaco en un borrón de agua gracias a que estos elementos han dejado de ser útiles y en vez de limpiar lo que hacen es embadurnar el cristal. Estos elementos hay que cambiarlos cuando al darle al limpia con agua vemos que empiezan a dejar rastros de agua y síntomas de embadurnamiento. La duración de los mismos depende muchas veces si el coche duerme en garaje o en la calle, si le da mucho el sol o no. He de reconocer que “son una porquería” ya que pocos limpias duran correctamente un tiempo prudencial, un mosquito, una chinita es suficiente para deteriorar esta laminilla de goma. Sin embargo un limpia como mucho podrá durar en perfectas condiciones (siendo generoso) 1 año, a partir de entonces nos jugamos el hecho que cuando vayamos a usarlo se convierta en un “enchungador” en vez de en un “limpiador”.

De los demás elementos, de los refrescos de cola, de los no corras y demás ya se encarga la televisión de recordarlos, esos si un consejo es llevar siempre la batería del móvil cargada y nunca apurar los depósitos de gasolina, ya que aunque es una medida que se aconseja sobre todo en invierno por si las nevadas para tener calefacción, en verano no es agradable quedarse en mitad de la nada atascado por un accidente sin posibilidad de moverse a 45 grados a la sombra sin gasolina para poder poner el Aire Acondicionado.

Buen viaje.

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