La semana pasada, en el curso de la presentación de la campaña de vigilancia y control en carreteras secundarias, a Pere Navarro se le escapó otra de esas falacias que, a base repetir, se ha acabado creyendo. Dijo, según informa Europa Press, «han disminuido los heridos graves de una media de 15 a 7 al día», entre 2001 y 2010. Tras la oportuna consulta al documento oficial de estadísticas de siniestralidad, vemos que no es así: sólo en 2009 (el dato de heridos graves de 2010 aún no está disponible), la media diaria de heridos graves fue de 38, resultantes de dividir los 13.923 que se registraron entre los 365 días que, aún, sigue teniendo el año. O, lo que es lo mismo, Navarro ha enviado al limbo estadístico al 81% de los heridos graves.
Navarro comparecía el pasado día 17, como dio cuenta de ello la Agencia Europa Press. Como quien presenta la nueva colección otoño-invierno de algunos grandes almacenes, comparecía ante los medios para contarnos otra de sus habituales milongas, ofrecer unos datos digamos mareados, poner cara de póker y felicitarse por lo bien que lo ha hecho todo.
De entrada el dato que ya adelantamos hace mucho tiempo en El Antirradar: 2.478 fallecidos en el año 2010. Damos por buena la cifra y nos felicitamos todos por el éxito del descenso, buenas noticias. Ya si acaso, cuando tenga un rato libre, podría Pere dar la orden para publicar el anuario del 2010, que ya estamos a finales de octubre de 2011.
Sigue el señor director aportando esas estadísticas que tanto le gustan y ¡Sorpresa! Patidifusos nos quedamos al saber que el 78% de las muertes en accidentes de tráfico se producen en carreteras secundarias. Pero oiga… ¿Dónde se ha metido usted los últimos ocho años? ¿Qué parte de lo que llevamos gritando desde aquí ya mucho tiempo todavía no ha entendido? No hay mal que por bien no venga, le ha costado, pero aunque sea a falta de los dos telediarios que le quedan al frente de la DGT, parece que al final se ha dado cuenta que la política que ha llevado al frente del organismo en cuestión no ha ido en la dirección correcta.
Hasta aquí iba todo bien y hasta estábamos contentos, pero como la alegría no puede durar siempre y el Señor Navarro no puede abandonar una de sus comparecencias sin soltar «el dato», este número milagroso que corrobore que es el mejor, pues va y nos suelta que los heridos graves han descendido a una media de 7 diarios. Soy el más grande, Pere I el magnífico, debe de pensar mientras su Audi oficial revienta los radares. Así que salió de allí sonriente, con sus gafas a juego con la corbata y satisfecho ante la aprobación de todos los allí presentes sin que nadie se parase a comprobar lo afirmado en comparecencia pública.
¿Nadie? Casi, casi… Una vez más, en El Antirradar nos limitamos a contrastar a veracidad de sus datos. Y de nuevo (y van…) verificamos que Navarro intenta tomarnos el pelo. Por dilucidar la patraña de Navarro Olivella: según las cifras oficiales del año 2009, que son las últimas que ha tenido a bien facilitar, la media de heridos graves diaria no es de 7 ni mucho menos. Según se indica en la página 15 del Anario Estadístico de Accidentes (en la imagen?, la cifra de heridos graves en el año 2009 fue de 13.923, que dividido para 365 días que tiene un año, nos da un resultado de 38.
Sí, nada más y nada menos que 31 víctimas más de media diaria de las que usted nos cuenta, eso a 2009; es decir, que Pere ha fulminado de un plumazo estadístico el 81% de los heridos graves producidos en un año. Cuando se digne a decirnos los heridos graves del año 2010, que salvo que hayan obrado el milagro estadístico de reducirlas con respecto al 2009 en un 82% (2.555 deberían ser los heridos graves según el Sr. Pere Navarro), volveremos a denunciar que miente.
Lo cierto es que ya casi no es noticia el escándalo encadenado de manipulaciones y mentiras, y quizás esto es lo más preocupante: nos hemos acostumbrado. Lo que no terminamos de comprender es que nadie quiera ver tamaña y flagrante manipulación de los datos que maneja, la DGT cuando es tan sencillo como sumar y restar de las cifras oficiales, no de otras, para darse cuenta del engaño. Si Pere hizo los cálculos, debería volver a primaria. Si se los hicieron, debería echarse a temblar; ahora, si ordenó que se hicieran así, no tendría nombre.
¿Cómo aclarar este extremo, fundamental para entender la manera de actuar de los Navarro Boys? Llamando a la DGT. Eso hice, para advertirles, cariñosamente, del “error” cometido por su jefe. Y, oh sorpresa, me dicen que no, que el dato es correcto, porque el Director General se refiere a la media de heridos graves… ¡únicamente producidos en los accidentes mortales! ¿Y el resto de los heridos graves, de entre los que habrá un millar de lesionados medulares? Nada, caca de la vaca que viene a ensuciarle la estadística.