¿Debe seguir Pere Navarro en la DGT?

En los últimos días he leído en varios sitios opiniones a favor y en contra de que Pere Navarro siga al frente de la Dirección General de Tráfico los próximos años. Hay argumentos en un sentido y en el otro que se deben analizar y sopesar, pero en cualquier caso yo creo que no, que de ninguna manera se le debe mantener en el cargo.

A su favor tiene un dato muy importante en la notable reducción de las víctimas de tráfico durante sus años de gestión y sobre todo en este último año. Cifras que son realmente buenas con una cifra por debajo de los1.500 muertos en la carretera, lo que nos sitúa en los niveles del año 1961.

Pero puede parecer que esa reducción se debe única y exclusivamente a Pere Navarro y a su política al frente de la DGT. Yo no estoy de acuerdo, sobre todo porque la única política de Navarro en la DGT desde su llegada ha sido más radares, más multas y límites de velocidad cada vez más bajos.

Y creo que ese no es el camino, sobre todo porque una reducción parecida de la siniestralidad en las carreteras la están logrando en otros países europeos sin más radares, más multas y más límites de velocidad.

Hay muchos factores que afectan a la seguridad vial. Mejores carreteras, por supuesto, mejor señalización, más formación de los conductores y más educación vial. Pero también mejores coches, cada vez más seguros. Todo este cúmulo de factores son los que permiten reducir los accidentes de manera continuada.

El éxito de Navarro es que con peores carreteras, peor señalizadas, con menos formación de los conductores y con coches menos seguros ha logrado esas buenas cifras a costa de los conductores, que somos los que realmente “pagamos el pato”.

Son peores carreteras porque desde que llegó la crisis, e incluso antes, no se gasta en mantenimiento, no se solucionan los puntos negros, no se mejora la señalización, que es muy deficiente en muchos casos.

Los coches en España son también menos seguros. La Unión Europea obliga que los coches sean cada vez más seguros, pero en España se venden cada vez menos coches nuevos y más usados y muy viejos. Este 2011 se ha cerrado con 800.000 coches nuevos vendidos y casi 1.728.000 vendidos de segunda mano… de los que un 44% tenían más de diez años.

Es decir que pese a que la Unión Europea acaba de hacer obligatorio que todos los coches nuevos que se empiecen a vender en Europa tengan que llevar ESP de serie, los españoles vemos como poco a poco nuestros coches son cada vez un poco más viejos y menos seguros.

Según un estudio de la Unión Europea, en un coche con ESP se reduce hasta en un 80% el riesgo de sufrir una salida de carretera solo por llevar este importante sistema de seguridad. Y para la DGT este es uno de los principales peligros de las carreteras.

Los datos de la DGT en la época de Pere Navarro son muy buenos, y yo estoy feliz con ellos, pero no se puede decir que sean solo consecuencia de la política de Navarro.

Por una parte los coches nuevos son más seguros, las carreteras son mejores que hace diez años pese a la falta de mantenimiento y los fallos de señalización. Pero hay otro factor muy importante: estamos en una grave crisis, y eso hace que se hayan reducido notablemente los desplazamientos en coche y que los conductores cada vez con más frecuencia circulen a 100 km/h, no por radares ni por ninguna otra cuestión, sino simplemente por ahorrar gasolina. En lugar de mantener a Pere Navarro en la DGT, yo crearía un nuevo departamento para él. Uno para luchar contra la corrupción política, o contra el absentismo laboral, o contra las drogas, o contra el fracaso escolar. Todos ellos son graves problemas que afectan a la sociedad española.

Siguiendo su política represiva impuesta en la DGT, al político que se pille con la mano en la caja, un millón de euros de multa, al que deje de ir al trabajo 100 euros de multa diarios, al que se le pille con un porro en la mano 300 euros y al niño que deje de ir un día al colegio, una multa de 500 euros a su padre. No hay que enseñar, no hay que formar, solo hay que reprimir y hacerlo de forma económica.

Y para ello se ponen las medidas que sean. Que hace falta poner cientos de ordenadores para comprobar las cuentas de los políticos o sistemas de escucha para espiar sus conversaciones, se ponen aunque no sea legal, que hay que poner en la calle 10.000 perros para detectar drogas, se ponen.

De esta forma, los conductores dejaríamos de ser los paganos de todo. Entonces pagarían también los políticos corruptos, los drogadictos, los trabajadores poco trabajadores o los niños menos estudiosos.

Pere Navarro ya ha hecho el trabajo sucio de llenar las carreteras de radares. Es el momento de implementar un cambio, que venga gente nueva, con nuevas ideas. De lo contrario, en los próximos meses el tráfico urbano en las calles de doble sentido estará limitado a 30 km/h y el límite en carreteras no desdobladas pasará a ser de 90 km/h. Y es solo el principio, si sigue unos años más acabaremos circulando en bicicleta pero pagando con nuestros impuestos sus coches oficiales.

Fuente: El Confidencial

Autor: Otros
Autores diversos.

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