La Unión Sindical Obrera (USO) considera que el descenso en 5 décimas, en términos anuales, del IPC producirá un alivio, más estadístico que real, en las maltrechas economías domésticas. Es difícil de entender en términos reales, que la bajada se achaque fundamentalmente al precio de los carburantes, cuando a todos nos cuesta más el combustible al pasar por una estación de servicio.
La situación de alivio que puede aparentar este descenso, mucho nos tememos, suponga que en el próximo mes, los precios vuelvan a crecer, pues en lo que llevamos de año el gasóleo de automoción ha subido el 3,9 %, lo que ha llevado a marcar su máximo histórico, y la gasolina ha subido un 4,7 %. Si a esto unimos que en las nóminas de este mes se producirá un descenso de la liquidez, como consecuencia de la subida del IRPF, y los incrementos salariales no se están produciendo como consecuencia de la parálisis que sufre la negociación colectiva, o de las sucesivas congelaciones salariales que están sufriendo colectivos como el de los empleados públicos, la renta disponible de los hogares disminuirá incidiendo negativamente en la demanda interna y por tanto ralentizando más aun el crecimiento de nuestra economía.
La USO reclama para este nuevo año, una política de incrementos salariales que equilibre los ingresos de los ciudadanos al coste de la vida y contribuya a generar liquidez y capacidad de compra en los hogares, como un elemento esencial para reactivar la demanda interna y nuestro crecimiento económico. Sólo desde el crecimiento de la actividad podremos generar políticas que incidan positivamente en la generación de empleo.
– El descenso no tiene una implicación directa en los precios que pagamos.
– Hay que equilibrar los ingresos de los ciudadanos al coste de la vida.