Este año que llegará en dos meses se prevé duro en muchos aspectos, pero no para los conductores temerosos de las multas. Los ingresos del Estado por sanciones de tráfico experimentarán una pérdida que los dejará en 384 millones de euros según las previsiones del Gobierno incluidas en los Presupuestos Generales del Estado. Eso supone un 6,2 % menos que el total previsto para el presente año 2012.
Esta caída de ingresos se verá compensada parcialmente por el aumento de los ingresos debidos a tasas, que serán un 2,5 % superiores, llegando a los 458,4 millones de euros. En el montante global, Tráfico contará con un 1,6 % menos de ingresos, lo que se traduce en una caja de 845,4 millones de euros. Y dentro de sus partidas, habrá recortes en el dinero recaudado que se destina a la seguridad vial, con un 2 % que la hará quedar en un presupuesto de 709,6 millones de euros.
Donde más se notará la tijera es en los gastos de personal de la Jefatura de Tráfico, que serán un 3,9 % inferiores en 2013 y que quedarán en 449,76 millones de euros. Sin embargo, y para paliar el descenso de ingresos por la menor imposición de sanciones, Tráfico contará con unos créditos de 153,60 millones de euros, un 2,9 % más que en 2012, para llevar a cabo su programa de seguridad vial.
Compromisos adquiridos y presupuesto disminuido
Dentro de este programa, las políticas de seguridad vial contemplan una mejora progresiva en los niveles de seguridad y fluidez de las carreteras, que permita reducir la siniestralidad vial sin perder de vista el objetivo marcado por el Decenio de la Seguridad Vial, que consiste principalmente en reducir al 50 % el número de fallecidos y heridos graves en el año 2020.
Y la pregunta es evidente. ¿Podrá la Dirección General de Tráfico hacer frente a esos compromisos con una merma de ingresos que, de momento, se repercute sobre la seguridad vial en una reducción del 2 %? El Decenio de la Seguridad Vial supone no sólo la vital reducción de la siniestralidad sino también garantizar la movilidad a través de una adecuada gestión del tráfico mientras se resuelve la gestión de los trámites asociados a la circulación. Para conseguir esos objetivos, los medios son:
– la formulación y ejecución de estrategias y programas de seguridad vial sostenibles;
– la fijación de una meta ambiciosa, pero factible, de reducción del número de muertos por causas del tráfico antes de 2020 basándose en los marcos vigentes de metas regionales relativas a las víctimas;
el reforzamiento de la infraestructura y capacidad de gestión para la ejecución técnica de actividades de seguridad vial a nivel nacional, regional y mundial;
– la mejora de la calidad de la recopilación de datos y el seguimiento de los avances y del desempeño a través de una serie de indicadores predefinidos a nivel nacional, regional y mundial;
– y el fomento de una mayor financiación destinada a la seguridad vial y de un mejor empleo de los recursos existentes, en particular velando por la existencia de un componente de seguridad vial en los proyectos de infraestructura viaria.
Ahora bien, justo antes de arrancar el fin de semana nos enterábamos de que la DGT descartaba aumentar la velocidad en autopistas y autovías por una razón de presupuesto, y es que imponer un sistema de velocidades variables tiene unos costes de instalación y de mantenimiento que hacen que el proyecto haya quedado aplazado sine die.
¿Este tema no forma parte de la adecuada gestión del tráfico que se persigue con el Decenio de la Seguridad Vial? ¿No forma parte también la gestión de trámites con una Jefatura de Tráfico que tendrá un 3,9 % menos de dinero? ¿Realmente tenemos el presupuesto que necesitamos para conseguir mejorar nuestra seguridad y mantener esa mejora a lo largo del tiempo?
Fuente: Circula Seguro