Tráfico trasladará los radares fijos de Galicia a tramos de alto riesgo

Un conductor que circula por la A-8, la autovía que conecta Galicia con Asturias, no encontrará en su viaje ningún radar fijo en el tramo gallego. Pero eso va a cambiar muy pronto, porque esa vía es una de las que figura en el plan de radares fijos que están elaborando los responsables de la Dirección General de Tráfico (DGT) en Galicia y que significará la recolocación en los próximos meses de los puntos de control de velocidad existentes hasta el momento en la red viaria gallega y la instalación de algunos nuevos, como sucederá en la A-8 (provincia de Lugo), en la A-55 (Pontevedra, en la A-52 (Ourense) y en la N-VI (Lugo).

Se trata de una adaptación de los controles de velocidad a las necesidades actuales de las carreteras y a los nuevos tramos de riesgo que se van detectando, como explica Pedro Pastor, jefe provincial de Tráfico en A Coruña y coordinador de la DGT en Galicia: «Tenemos reuniones periódicas entre los jefes provinciales, el Centro de Gestión del Tráfico del Noroeste y la Guardia Civil de Tráfico, en las que se evalúa la eficacia de los radares en función de su incidencia en la seguridad del tramo». Del mismo modo, explica, hay otros puntos en los que ya el radar ha cumplido el objetivo de «calmar el tráfico» y se decide su traslado. Un ejemplo de esa situación se da en Perillo, en el municipio de Oleiros, en la salida de A Coruña por la N-VI, que en ese tramo se denomina AC-12. El radar situado en el entorno de una zona empresarial, será eliminado cuando se active el de la cabina colocada hace unos días en el tramo curvo existente al final del puente de A Pasaxe en sentido Madrid, en un tramo limitado a 50 kilómetros por hora. «El principal objetivo es la seguridad», recuerda Pastor, que responde negativamente a la pregunta de un posible afán recaudatorio: «No hay ningún afán recaudatorio. Los radares fijos están señalizados. Todos los conductores saben dónde están». El coordinador de la DGT en Galicia cita un ejemplo: «El radar de Palavea [en la salida de A Coruña] es de los que menos infracciones detectan. Pero lo mantenemos porque desde que se instaló no volvió a haber accidentes».

El radar del puente de A Pasaxe, que empezará a operar cuando reciba la verificación oficial, es otro ejemplo de modificación por seguridad. Ramiro Martínez, director del Centro de Gestión del Tráfico del Noroeste, recuerda que en esa zona hay numerosos accidentes por excesos de velocidad, pese a que hay una limitación de 50 kilómetros por hora. «Siempre que se instala un radar se busca reducir la siniestralidad. No hay otra razón», concluye.

«No hay afán recaudatorio. Están señalizados», dice el coordinador de la DGT en Galicia

En algunos tramos peligrosos se colocarán nuevos controles de velocidad

Fuente: La Voz de Galicia

Autor: Otros
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