Fumar en el coche crea una tasa de polución por partículas finas tres veces superior a la tasa máxima fijada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para un aire interior de calidad, que puede afectar a la salud de los niños pasajeros, según un estudio, dirigido por el doctor Sean Semple, de la Universidad de Aberdeen (Escocia).
La OMS ha fijado su umbral medio de concentración de partículas finas en un máximo de 25 microgramos/m3 para un aire interior de calidad.
Según el doctor Semple, el tabaquismo pasivo causa numerosos problemas de salud en los niños, como la muerte súbita, el asma, complicaciones respiratorias y patologías del oído ya que éstos “son los más expuestos al riesgo porque tienen una frecuencia respiratoria más rápida y un sistema inmunitario menos
desarrollado”.
Países como Australia, EE.UU, Canadá, Sudáfrica o Chipre ya han adoptado leyes que prohíben fumar en el coche cuando hay niños a bordo.