El único radar de velocidad que tiene la Dirección General de Tráfico (DGT) instalado dentro del casco urbano de la capital, y que controla a los vehículos que transitan por el carril de la ronda este situado entre el camino de Hornillos y la carretera de Soria –en este sentido–, multó durante días a decenas de conductores que pasaron ante el objetivo de su cámara a la velocidad que debían, es decir, entre 50 y 80 kilómetros por hora, que es límite máximo establecido. El fallo pudo detectarse finalmente el pasado 14 de noviembre y eso llevó al Centro de Gestión de Tráfico a anular esas sanciones.
Los técnicos de la empresa concesionaria que se encarga del mantenimiento del aparato, situado en el kilómetro 7 de la VA-20, descubrieron ese mismo día que «la cámara se había desconfigurado por un fallo que aún están tratando de solventar» y eso hacía que disparara la temida foto a los vehículos que superaban los 50 kilómetros por hora a pesar de que el tramo está regulado y claramente señalizado a 80 por medio de una señal situada justo antes del cartelón oficial que advierte de la presencia del radar.
Fuentes de la Dirección General de Tráfico reconocen «el fallo» en el mecanismo y matizan que el cinemómetro –el aparato que mide la velocidad de los vehículos– «sí funciona correctamente», es decir, que las multas impuestas a los conductores que superaron el límite legal de 80 kilómetros sí se tramitarán sí así lo recoge la instantánea.
El resto de las sanciones, las remitidas a todos aquellos vehículos cazados a menos de 80 por hora, comenzaron «a anularse directamente en cuanto se detectó el fallo» gracias a la alegación presentada precisamente ese jueves por una de las víctimas y en cuya foto se podía apreciar que circulaba como debía.
Y la cuestión no es menor si se tiene en cuenta que por esta vía de doble carril en sentido a la carretera de Soria circulan cada día laborable la friolera de 16.796 vehículos y algunos menos (10.339) los fines de semana. Así que el volumen de conductores cazados durante los días en que estuvo averiado, y funcionando, el radar del kilómetro 7 –como mínimo hasta el día 15– puede alcanzar varios miles de sanciones que ahora han sido anuladas.
El mal funcionamiento de la cámara acoplada al cinemómetro era especialmente visible durante las noches, cuando saltaba el potente flash del dispositivo en cuanto detectaba a un vehículo que circulaba a una velocidad más que legal d entre 50 y 80 kilómetros por hora.
«Sí que se llegaron a tramitar algunas multas en un primer momento hasta que se presentó la alegación el jueves e inmediatamente se envió la incidencia a la empresa de mantenimiento para que comprobara el dispositivo», reconocen las fuentes de la DGT consultadas antes de insistir en que a partir de entonces «se anularon las multas».
Los que recibieron la ‘receta’ errónea se toparon con sanciones de 100 euros, en el caso de que fueran cazados en el tramo entre 51 y 70 kilómetros por hora, o de 300 euros y dos puntos del carné si circulaban entre 71 y 80 por hora. Los que fueron sorprendidos por encima, por descontado, sí pagarán sus multas.
76 multas diarias de velocidad
Los radares fijos y móviles de la Policía Municipal –el único de la DGT es el de la ronda este– que controlan la velocidad de los vehículos han cazado en lo que va de año a una media de 76 conductores que superan los límites permitidos en el casco urbano. La mayoría (11.208 durante el primer semestre) fueron sorprendidos por alguno de los 12 cinemómetros fijos, y señalizados, repartidos por las calles de la capital y un número menor (2.499) cayeron al pasar ante los radares móviles del 092, en su mayoría, en las calles Padre Llanos (Parquesol) y Padre José Acosta (subida de Zaratán). Los otros siete radares de semáforo de la ciudad también ‘retrataron’ durante los primeros seis meses del año a 1.638 vehículos.
Fuente: El Norte de Castilla