Cada vez son más los fabricantes de automóviles volcados con la integración de sistemas de comunicación vehículo a vehículo (V2V) y vehículo a infraestructura (V2I) en sus modelos con los que ampliar la oferta de funciones que nos pueden ofrecer. Muchas de estas nuevas funciones están relacionadas directamente con la seguridad, permitiendo a los conductores conocer con la suficiente antelación circunstancias en la vía que puedan provocar alguna situación de peligro para que así puedan tomar las medidas oportunas para evitarlos.
Este es el caso de uno de los sistemas de Ford, incluido en su proyecto Safe Intelligent Mobility, que acaba de ser probado en Aachen (Alemania). Se trata de una tecnología experimental denominada «Electronic Brake Light», es decir, Luz de Freno Electrónica. Cuando circulamos por la carretera sabemos que el vehículo que nos precede hace uso de su sistema de frenado porque podemos ver directamente las luces de freno en la parte posterior del automóvil. Pero en ocasiones podría resultar muy interesante conocer si los vehículos que circulan por delante del que nos precede, del que no podemos ver sus luces de freno, realizan un frenado brusco, o si, vehículos que no vemos tras una curva han tenido que realizar una frenada de emergencia por algún obstáculo. Si conociéramos estas acciones con la suficiente antelación se reduciría drásticamente el riesgo de colisión por alcance con el vehículo que circula delante.
Pues Electronic Brake Light sirve precisamente para esto. El sistema de comunicación Car-to-X integrado en los 120 modelos Ford S-Max con los que realizaron las pruebas más de 500 conductores, permite comunicar al resto de vehículos que circulan en el mismo sentido de la marcha, cuándo se ha realizado una frenada brusca o de emergencia. Esta información se muestra de manera clara y visible en el tablero de mandos de los vehículos que circulan por detrás para que puedan tomar las medidas que eviten una colisión. Imaginemos lo útil que puede resultar este sistema en condiciones de niebla espesa en una autopista o carretera si uno de los vehículos debe realizar una frenada brusca o llegar a pararse. Los vehículos que circulan detrás estarán alertados y podrán adecuar su velocidad y frenada con la suficiente antelación.
Más de 41.000 horas de pruebas han sido realizadas para verificar el buen funcionamiento del sistema y se han llegado a recorrer 1,6 millones de kilómetros en vía pública y en pista de pruebas cerrada.
Fuente: Tecnocarreteras