El aumento de los usuarios de bicicletas en las ciudades trae consigo ventajas para el conjunto de los habitantes, principalmente menos contaminación, menos vehículos circulando y menos congestiones. Para favorecer que cada día más personas se sumen a este sano hábito es necesario adoptar medidas que faciliten sus trayectos urbanos garantizando su seguridad.
Un ejemplo puede ser la ciudad inglesa de Bournemouth donde, en uno de sus cruces principales en el que se habían producido varios casos de atropellos a ciclistas, han instalado un sistema radar que detecta la presencia de ciclistas en el carril bici y que a su vez se comunica con los semáforos que regulan dicho cruce para dar prioridad a los ciclistas y evitar accidentes.
Para ello han instalado en los carriles bici que confluyen en el cruce el sensor M100BR de la compañía Clearview. Éste se coloca bajo el pavimento del carril cerca de la línea del cruce. El sensor de banda ancha y baja potencia es capaz de detectar bicicletas y peatones y distinguir si se encuentran parados o en movimiento. Gracias a él se puede reconocer la presencia de una bicicleta que se acerca al cruce diferenciándola de otras formas de tráfico.
Una vez detectados los ciclistas, se envía la señal al control que regula los semáforos del cruce y se les da prioridad para acceder al cruce, mientras que a los vehículos se les muestra el disco en rojo para evitar accidentes.
El sistema fue instalado el pasado mes de julio y ha sido muy bien recibido por los usuarios de bicicletas de esa ciudad que se sienten mucho más seguros ya que se han evitado muchos posibles incidentes. Por ello, las autoridades están valorando la posibilidad instalarlo en más lugares para conseguir un entorno más seguro y accesible para los ciclistas.
Fuente: Tecnocarreteras