La Cámara de los Comunes británica debate hoy una enmienda presentada por el Partido Laborista pidiendo que se prohíba fumar en los vehículos en los que viajan menores de 18 años. La propuesta ha sido impulsada y respaldada por un grupo de más de 700 médicos que han emitido una declaración publicada en el British Medical Journal, en la que advierten de que convertir a los niños en fumadores pasivos entraña graves riesgos para su salud.
El humo de los cigarrillos, asegura la declaración, obliga a hospitalizar a miles de niños cada año y provoca, entre otras cosas, enfermedades pulmonares, cáncer y muerte súbita de bebés.
La medida tiene un amplio respaldo popular. En un sondeo realizado hace 3 años, el 78% de los adultos británicos se declaró a favor de vetar el tabaco en los coches con niños, pero los políticos no han dejado clara su postura. El resultado de la votación es imprevisible porque probablemente los partidos darán libertad de voto a sus parlamentarios y el propio primer ministro, David Cameron, padre de tres hijos pequeños, no ha querido decantarse hasta escuchar los argumentos en pro y en contra de esta medida. Sus detractores, entre los que se encuentra el líder de los liberales y viceprimer ministro, Nick Clegg, lo consideran una intromisión en la vida privada de los ciudadanos muy difícil de hacer cumplir. Y el ministerio de Sanidad británico se ha mostrado más partidario de las campañas educativas que de la prohibición para evitar exponer a los niños al humo del tabaco en los coches.
