El consumo de sustancias constituye uno de los principales factores de riesgo en la seguridad vial actual. No solamente porque los estudios epidemiológicos muestren un consumo elevado por parte de los conductores españoles, muestra representativa de la población general, sino porque se evidencian perfiles también muy representativos de la población general, donde el consumo ya no se vincula con circunstancias o niveles socioeconómicos determinados.
Por otro lado, las cifras demuestran su implicación en los accidentes de tráfico y sus consecuencias. El 43% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico en 2013 habían consumido alcohol y/o drogas antes de sufrir un accidente.
Todo ello obliga a que desde la Dirección General de Tráfico se considere la importancia de una estrategia clara y decidida en el marco de política vial, estrategia que exige seguir estudiando la magnitud del problema y utilizar las herramientas a nuestro alcance para minimizar su impacto en la siniestralidad vial.
Así, trabajamos en la información y divulgación de las drogas como factor de riesgo tratando de llegar no solo a los expertos en la materia, sino a toda la población. En estos años hemos dado los pasos para las modificaciones normativas necesarias para una regulación integral de los procedimientos de deteccción, la sustancia biológica adecuada para ello, el hecho constitutivo de los ilícitos administrativos y penal… Todo ello, para asegurar el cumplimiento de las normas, acompañado por importantes medidas de vigilancia y control, mediante controles en carretera por parte de las fuerzas de vigilancia.
Ya algunos datos muestran la efectividad de cuanto se ha hecho, pero lejos aún de considerar resuelto el problema, nuestro reto no puede ser otro que reducir la prevalencia de consumo entre los conductores y, por tanto, su consecuencia en los accidentes de tráfico.
