Conseguir mejorar la seguridad vial en nuestras carreteras, y reducir el número e impacto de los accidentes ocurridos es un objetivo común de todos los países y gobernantes del mundo, que tratan de tomar medidas y coordinar acciones destinados a este importante fin.
Según leemos en un interesante artículo de Forbes, son cuatro las principales líneas de actuación en las que se está trabajando para conseguir reducir los accidentes, y mejorar el tráfico en nuestras ciudades:
1.- Mejorar la tecnología utilizada para la gestión del tráfico: Para conseguir tener un tráfico más fluido es importante, en primer lugar, conocer el estado del mismo en todo momento, para poder ofrecer las rutas más adecuadas a cada usuario.Para ello, es importante contar con sistemas que permitan conocer el estado del tráfico en tiempo real (como las innovadoras iniciativas que utilizan el posicionamiento de los teléfonos móviles para conocer esta información), información que pueda ser transmitido a sistemas centrales, donde se gestione eficazmente tanto los aspectos relativos al tráfico general – semáforos o elementos de tráfico dinámico – como información de interés para los usuarios – rutas y mapas que tengan en cuenta esta información, y todo ello pudiendo ser transmitido a las diferentes plataformas. Si a esto le unimos la posibilidad de utilizar medios sociales, es decir, la propia información suministrada (y consumida) por los usuarios, se puede obtener una gran ventaja.
2.- Carreteras inteligentes: Desarrollar carreteras inteligentes, como la famosa Smart Highway que va a ser implantada en Holanda, va a permitir que éstas sean completamente sostenibles y eficientes, contando con pinturas especiales para las marcas viales con componentes capaces de recolectar energía solar durante el día, e iluminarse para facilitar la visión de los vehículos durante la noche. Igualmente, estas carreteras permitirán contar con zonas exclusivas para la carga automática de vehículos eléctricos mientras circulan, alumbrados inteligentes que únicamente se activan cuando detectan presencia de vehículos o señales fotoluminiscentes que permitan alertar a los conductores cuando la temperatura es muy baja, para que puedan tomar las precauciones debidas.
3.- Sensibilización para contar con conductores más responsables: Por mucho que se mejore la tecnología, y se cuente con sistemas más seguros y eficaces, el factor humano seguirá siendo, en la mayoría de los casos, el más determinante. Por este motivo, es importante conseguir contar con conductores responsables, que no sólo respeten tanto señales como normas (con especial importancia a los temas de alcohol y velocidad), sino que sean más respetuosos y controlen sus emociones negativas al volante. Una buena actitud, un respecto a las normas establecidas, y un cuidado extra al volante son aspectos en los que hay que incidir, para lo cual es necesario seguir apostando por campañas de educación y sensibilización para los ciudadanos.
4.- La seguridad y la tecnología de los vehículos: A pesar de que en los países avanzados se ha avanzado enormemente en el campo de la seguridad y tecnología de los vehículos (y ya se está apostando por sistemas como el eCall, o tecnologías de comunicación como V2V que suponen un nuevo avance), es importante conseguir extender esta tecnología a zonas más pobres, como los países del sur de Asia, donde un importante número de vehículos carecen de funcionalidades tan básicas como el airbag, lo que ocasiona que cuenten con cifras de muertos por accidentes realmente elevadas.
Lo que está claro es que es necesario continuar innovando y trabajando en un problema que, como comentamos al principio del artículo, incumbe a todos los ciudadanos del mundo.
Fuente: Tecnocarreteras