Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Granada –publicado en la revista The Spanish Journal of Psychology– revela que la fase intermitente amarilla de los semáforos no tiene un efecto sobre los peatones, mientras que las fases de luz roja fija (detenerse) o verde fija (cruzar), son las mejores soluciones para evitar conductas peatonales inseguras al cruzar intersecciones controladas. Al parecer, las soluciones intermitentes y la luz amarilla no son efectivas para comunicar al peatón un mensaje claro y seguro.
En este sentido, los autores principales del trabajo –Leandro Luigi di Stasi y Alberto Megías– creen que las soluciones intermitentes existentes en distintos países y ciudades –por ejemplo, en Italia existe amarillo intermitente para peatones; en Granada, verde intermitente significa que el semáforo se va a cerrar; y en Francia existe rojo intermitente– no son las más adecuadas y proponen dos fórmulas alternativas.
La primera son semáforos que indiquen «solo las fases mandatorias (verde y rojo) con un indicador del tiempo que falta antes del cambio a la otra fase (por ejemplo, imitando un reloj de arena con una cuenta atrás)».
La segunda alternativa es el denominado semáforo australiano Marshalite, que cuentan con dos rotores motorizados que giran las agujas para indicar la sección correspondiente (rojo, amarillo o verde). Este tipo de semáforo se utilizó en Australia desde 1936 hasta los años 60.