«Seguridad Vital»: ¡Cuidado!

Detesto perder tiempo en discusiones, batallas y críticas estériles, pero a veces, creo que es obligado hacerlo. Principalmente, y sobre todo en esta ocasión, para advertir a los pacientes y amables lectores de este blog de que tengan cuidado, pongan en cuarentena y no duden en preguntarme, si lo desean, sobre el nuevo programa de seguridad vial que el pasado sábado hizo su estreno en RTV 1 a las 13 h. Y que amenaza continuar -ignoro cuánto tiempo- los mismos días y a la misma hora.

Dijo el señor Paco Díaz Ujados, director de contenidos de TVE en la rueda de prensa que tuvo lugar el pasado viernes, que “Seguridad Vital es una ventana que abrimos con la intención de salvar vidas”. Y la señora María seguí, directora de la DGT, manifestó que: “La seguridad vial forma parte de nuestras vidas. Este programa es una apuesta valiente e innovadora de educar”.

Al señor Díaz le aplaudo la intención, pero me permito recordarle el famoso principio de que “el fin no justifica los medios”. Ni para salvar vidas, entre otras cosas, porque si se utilizan medios y modos inadecuados, no sólo se malogrará la finalidad buscada, si no que puede encontrar el efecto contrario.

A la señora Seguí le diría que, por favor, antes de elogiar el programa, véalo; ya que quiero pensar que no ha visto la primera entrega, pues de haberlo hecho, en mi modesta opinión, después de hacer la declaración citada debería dimitir. Por otra parte, el programa mucho más que valiente parece temerario, y carece totalmente de innovación pues ya en 1974 el señor Paco Costas comenzó realizando programas sobre seguridad al volante en TVE, muy dignamente, por cierto, y que muchos conductores veteranos recordamos con cariño y gratitud; él, sí fue un pionero. Y una pregunta, estimada señora: ¿Por qué no hace la DGT el programa?

Este nuevo espacio, en una cadena pública (me parece importante tener esto muy presente), está disponible e íntegro en la web de RTVE en su sección “A la Carta”; ahí lo he visto, dura treinta minutos y pueden verlo aquí. Pero insisto, por favor, tengan cuidado. A continuación les explico porqué.

Este primer programa me ha resultado decepcionante, irritante y escandaloso. Quizá los siguientes… Pero me temo que no, que la tónica será la misma: superficial, y tratando al público como si fuera idiota. Quizá parezca duro el segundo punto que acabo de mencionar, pero así lo veo, sintiéndolo mucho, ¿dónde se ha quedado aquella expresión tan habitual en los toros de “el respetable”? Ah, ya, que “hay que ser dinámicos”, “que si no la gente se aburre”… dicen. Pues dirán lo que quieran pero en treinta minutos no se pueden tratar tantos temas más que así, claro, por alto, muy por alto; tanto, que casi ni se ven, casi ni se perciben. ¿Qué se enseña y qué se puede aprender, entonces?

Explicar la diferencia entre un “ceda el paso” y un “stop”, me ha llevado y me lleva media hora, por lo menos, de clase teórica, y nunca se marchó un alumno; conllevaba ejemplos, dibujos, utilización de la maqueta, riesgos, consecuencias, cómo, qué hacer en el coche y por qué, relatos de vivencias propias y ajenas, preguntas, respuestas… Lo dicho, media hora como nada. Pero los alumnos lo aprendían, y aunque luego en el coche les tirase el “instinto” (por así decirlo) a veces, bastaba una palabra, un gesto, o una frase muy corta para que ellos mismos reconocieran lo que sabían y decidiesen aplicarlo.

Hoy, y de lo emitido el pasado sábado en la cadena pública con más audiencia en España, destacaré principalmente dos puntos:

1.- En algo tan importante como el adelantamiento a ciclistas, se menciona de pasada la posibilidad de adelantarles con línea continua (nada de cuando esté prohibido adelantar), sin recordar siquiera que la línea se debe rebasar además de dejar el metro y medio de separación mínima, siempre. Y, siempre (tampoco lo dicen), que no exista peligro alguno, lo que conlleva tener visibilidad suficiente.

También se les ve circular en paralelo con las bicis (en fila de a dos), lo que por muy legal que sea en algunos casos (no siempre), es más peligroso.

2.- Ver conducir al actor, con todo mi respeto hacia su persona, va más allá de ser un pésimo ejemplo: es una burla. Y eso que el tal señor repite varias veces que es prudente, ¡menos mal!

Afirma este hombre que ya en sus tiempos mozos regresando de fiesta con los amigos, en sus vacaciones de verano, siempre conducía él (porque no bebía, bien) y añade que no pasaba de 50 km/h, error, asociar velocidad baja (relativamente, habría que ver el camino) con seguridad es una premisa falsa.

Sigue hablando con el presentador, girando la cabeza constantemente hacia este, con su ventanilla completamente bajada y apoyando el codo en ella, soltando con frecuencia una mano del volante y en algunos momentos las dos, con una cámara situada en el interior del parabrisas y dentro de su campo visual, y llega a extender el brazo izquierdo por fuera de la ventanilla sin mirar si tiene al lado algún vehículo de dos ruedas. Entre tanto, el presentador ni le critica ni le afea la conducta, aunque sólo fuese por su propio bien… qué menos. Desde luego, yo no voy de pasajero con alguien que conduzca así, e imagino que ustedes tampoco.

Podría seguir, pero creo que para ponerles sobre aviso es suficiente. Tan sólo añadiré que me llama la atención que en un programa de este tipo no esté presente, permanentemente, un profesor de formación vial o de autoescuela, como prefieran; ni un funcionario examinador, ni un veterano guardia civil de tráfico, ni un conductor de camión o autobús experto… Y más personas que, profesionales o no, directamente o no, viven en y de la carretera. Pero de todas ellas, y no es por “barrer para casa”, ustedes lo saben, quienes más conocimiento podemos tener del binomio carretera-conductores somos quienes nos dedicamos a enseñar a conducir. Lamentablemente, ni todos, ni menos aún por el hecho de tener un título, pero hay que pasar muchas horas al cargo de un doble mando sentados a la derecha para entender el verdadero significado de esas dos famosas palabras tan en boca de todos: seguridad vial.

Fuente: Conducir sin Miedo

Autor: Otros
Autores diversos.

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